El gobernador Gustavo Sáenz salió al cruce del Gobierno nacional al afirmar que “al Gobierno le sobra soberbia y le falta reflejo”. En una entrevista televisiva, defendió su reciente presencia frente a la Casa Rosada como gesto necesario para visibilizar los reclamos del norte argentino.
Sáenz aseguró que no fue a “pedir” sino a “hacer escuchar” que Salta no puede seguir siendo ignorada. Dijo que el Gobierno nacional firmó acuerdos con la provincia sobre obras prioritarias, pero esos compromisos no se están cumpliendo.
Criticó especialmente a funcionarios de áreas clave como Economía y Jefatura de Gabinete. Según Sáenz, esas personas firmaron los acuerdos pero luego “no fueron capaces de cumplir” las promesas. Agregó que la soberbia del poder central impide atender los reclamos provinciales.
En ese tono, sostuvo que hace falta reflejo y autocrítica en la Casa Rosada. Señaló que se desvió la atención hacia debates nacionales distrayendo de las urgencias reales de provincias como Salta. Dijo que sin obras, rutas seguras y servicios esenciales la vida cotidiana se torna insostenible.
También declaró que su presencia frente al edificio gubernamental no buscó protagonismo, sino visibilizar que existen “dos Argentinas”: una que concentra en Buenos Aires y otra que sufre desamparo. Aseguró que tomó esa decisión para que los medios nacionales capten las problemáticas del interior.
Sáenz expresó que no desea pelear con nadie, pero exigió que se respeten los compromisos firmados con Salta. Afirmó tener autoridad moral para reclamar: dijo que ha sufrido intervenciones partidarias por apoyar algunas leyes nacionales en el Congreso.
Finalmente, insistió en que no pide que bajen funcionarios sino que bajen los fondos para concretar las obras acordadas. Subrayó que primero se debe cumplir lo prometido antes de exigir credibilidad internacional.
