El conflicto en la Universidad Nacional de Salta (UNSa) escaló más allá de lo esperado. El exrector Daniel Hoyos lanzó una acusación directa contra el actual rector Miguel Nina, a quien responsabiliza de haber generado el déficit presupuestario que hoy sacude a la institución. Lo hizo sin rodeos: dijo que Nina ya conocía los números rojos cuando presidía la Comisión de Hacienda.
Lejos de hablar de una crisis heredada, Hoyos planteó que el desequilibrio en la masa salarial y los cargos contratados sin aval de la Subsecretaría de Políticas Universitarias habrían sido planificados. Incluso aclaró que el pasivo está respaldado con plazos fijos por $7.000 millones, cuyas rentas —según él— alcanzarían para cubrir parte del rojo operativo.
Desde la actual gestión, Nina y la vicerrectora Rita Martearena habían denunciado sobreprecios en el desarrollo de la nueva página institucional. Señalaron que se pagaron 15 mil dólares por un sistema que —según su evaluación— costaría menos de 3 mil. Pero Hoyos respondió que ese monto fue cubierto con fondos externos, producto de licitaciones bancarias que incluían aportes y donaciones.
“Nina no puede fingir sorpresa: era el decano y el presidente de la comisión que controlaba los números”, dijo Hoyos. Y remató: “Hay dos personas distintas: el rector Nina y el decano Nina. El segundo sabía todo”.
Además, defendió el desarrollo web: explicó que aún no se puso en línea, pero lo entregado no es solo una página sino un sistema completo. Afirmó que la licitación se hizo con entidades bancarias que también ofrecieron beneficios adicionales para la universidad.
Mientras el cruce crece, la tensión interna parece estar lejos de resolverse. Y todo indica que el escándalo en la UNSa recién comienza.