El gobernador Gustavo Sáenz enfrenta una decisión que definirá su compromiso con los más vulnerables de Salta. Dos proyectos aprobados por el Senado nacional buscan aumentar las jubilaciones y declarar emergencia en discapacidad, medidas urgentes para sectores postergados. El presidente Javier Milei anunció que vetará ambos proyectos cuando lleguen a la Cámara de Diputados.
Para que el veto prospere necesita 87 diputados que lo respalden. Allí es donde entra en juego la influencia política de Sáenz. Tiene peso sobre tres de los siete diputados salteños: Pablo Outes, Pamela Calletti y Yolanda Vega. ¿Ordenará Sáenz votar contra los proyectos, priorizando su vínculo con el Gobierno nacional? ¿O los apoyará para mostrar lealtad a los jubilados y personas con discapacidad?
El apoyo firmado a Milei en los primeros meses de gestión se está resquebrajando. En las sesiones recientes, sus diputados comenzaron a votar en contra de iniciativas del Ejecutivo nacional. Esa independencia marca un recálculo político del gobernador.
La crisis fiscal de las provincias presiona por fondos concretos. Mientras tanto, chegam migajas de recaudación central y la escasez presupuestaria es extrema para gobernadores provinciales. En ese marco, rechazar el aumento o la emergencia sería un golpe a quienes más necesitan.
El dilema es claro: lealtad al poder central o responsabilidad social con los sectores postergados. Los jubilados atraviesan una situación límite. Las familias de personas con discapacidad esperan respuestas urgentes. El voto que Sáenz defina tendrá impacto inmediato y humano.
Si manda a sus diputados a respaldar los proyectos, reforzará su imagen de gobernador cercano a la gente. Si prioriza la disciplina partidaria con La Libertad Avanza, podría erosionar su legitimidad local. El escenario político en Salta combina respaldo territorial con necesidades concretas y una imagen por definir.
La elección llegará en octubre, pero antes las urnas sociales comienzan a fijar su destino. Sáenz tiene oportunidad de demostrar coherencia con sus discursos sobre el federalismo y los salteños, tal como ha repetido recientemente ante audiencias en Salta y eventos económicos del país.
Este es el momento en que la lealtad política se mide en hechos. Las calles y las urnas salteñas observarán si las palabras se traducen en acciones.