Entre el 1 de enero y el 31 de agosto se registró una gran cantidad de femicidios, uno cada 36 horas. La provincia con más casos fue Buenos Aires, seguida por Salta, que quedó en un escenario crítico frente a la violencia de género.
La mayoría de las víctimas eran jóvenes de menos de 35 años. En seis de cada diez casos, los femicidios ocurrieron en la casa de la víctima o en el domicilio compartido con el agresor. Esto confirma que la violencia letal suele darse en espacios cotidianos.
En siete de cada diez crímenes, el responsable fue la pareja o expareja de la víctima. Muchas mujeres habían denunciado agresiones antes, lo que plantea dudas sobre la respuesta institucional y el nivel real de protección estatal.
Desde la Secretaría de Salud y organismos provinciales se analizan medidas de asistencia psicológica y acompañamiento integral. A nivel nacional, el Ministerio de Salud impulsa campañas de prevención y acceso rápido a dispositivos de emergencia.
En Salta, el problema se suma a otros indicadores sociales graves como pobreza y desempleo. Esto aumenta la vulnerabilidad de mujeres y niñas. Especialistas remarcan que los programas deben reforzarse en zonas del interior, donde el acceso a la justicia es limitado.
El observatorio recordó la existencia de líneas de atención como la 144, disponible las 24 horas y de forma gratuita. Su directora sostuvo que difundir estas herramientas es clave para reducir riesgos y salvar vidas.
Los datos subrayan la urgencia de políticas públicas con financiamiento real y coordinación entre provincias y Nación. El gran desafío del NOA es articular programas de prevención con apoyo comunitario y presencia territorial constante.
