SALTA (Redacción) – Entre el siglo XIX y el siglo XX, emergía esta opción gastronómica icónica alrededor del mundo y que es hasta la actualidad la cara de algunas marcas. La hamburguesa es símbolo de la amistad, encuentro, alegría, entretiempo, el after office o la primer cita. Mucho se resume en dos rodajas de pan y un corte de carne, aunque lo cierto es que hay para todos los gustos.
La primera cadena que incluyó a la hamburguesa en su menú fue el restaurante White Castle, a manos de Edgard Waldo «Billy» Ingram (el «padre oficial de la hamburguesa»). Sin embargo, la globalización dio origen a un sin fin de puestos de comida que aducen tener la fórmula mágica para obtener la mejor hamburguesa de todas.
En esta oportunidad, decidimos dialogar con los cabecillas del «Club de Laburguesa», quienes nos dejaron entrometernos en su cocina para conocer secretos y recetas sobre uno de los alimentos más consumidos por los argentinos. Además, de contarnos cómo surge el amor y la pasión por este producto, que comparte una gran cantidad de personas.
La irresistible, la única, la popular….
«La hamburguesa más vendida es la hamburguesa clásica, con la medida y porción perfecta para disfrutar de esta experiencia que lleva 1 solo medallón de carne de 120gr con jamón cocido, queso dambo y huevo. Opcional puede agregarsele lechuga y tomate o el agregado de panceta y cheddar», asegura un integrante del Club. Además, sobre la preparación agrega: «No puedo quedarme sin nombrar a la Tricoma, una hamburguesa de 350 grs aprox de solo carne; los 3 pisos más sabrosos y en cada uno de ellos encontrará cheddar y panceta con una base de rúcala y tomates».
Tanto estas dos alternativas, como las diversas que conforman la carta de la casa tienen una cualidad compartida: son artesanales. Hechas en casa con la pasión de las manos en acción, el amor que requiere la cocina y el buen gusto de los eruditos. Sin embargo, hacer una hamburguesa no es tan fácil como aparenta serlo a siempre vista.
Cada plato, un sentimiento.
«La elaboración del pan es el primer secreto. Después sigue nuestro medallón, ya que trabajamos con cortes premium y la elaboración es manual 1 x 1», destacan. También, profundizan; «Las papas son cien por ciento procesadas por nosotros, no compramos papas congeladas. En otras palabras: lavamos, pelamos y freímos. Eso vuelve único el producto».
«El secreto más grande de nuestras hamburguesas es el cariño, la buena vibra y el amor que le metemos día a día para su producción y para remar el barco contra viento y marea», cuenta otro de los integrantes desde la cocina que creció sin pausas, con amor al producto y vocación para la gastronomía.
Laburguesa, una familia consolidada.
El Club de Laburguesa partió como un emprendimiento familiar donde Francisco, conocido como «Pancho» se ocupa de la cocina, mientras que su esposa Paola se encarga del salón. Siempre respaldados con la mano de obra amiga y cercana entre quienes se encuentran sus cuñados y hermanos, una compañía constante que permitió hacer del club una realidad.
Fue en el año 2018 cuando ingresó al equipo de trabajo Marcos Urtubey, gran fanático del club y amigo de la vida, aportando frescura y orden a la estructura. «Grandes ideas para el futuro», subraya Pancho al ser consultado sobre los secretos que giran alrededor de la hamburguesa tradicional.
Amor a primera vista
Quienes aún no conocen la propuesta, pueden encontrarla alrededor de la ciudad, ya que cuentan con Food Trucks al paso. O en su puesto oficial ubicado en Av. San Martín al 700, en San Lorenzo, de martes a domingos de 20.30 a 00.30 horas. Además de sus redes sociales, donde cada foto despierta el hambre que hasta el momento nos era desconocido.
«Para los que aún no tuvieron la oportunidad de probar nuestras burguesas, los invitamos a que se acerquen, disfruten de un ambiente alegre y divertido y vivan una experiencia distinta. Que se animen a probar un producto elaborado 100% en Salta y aprovechen esta comida anti-estrés», nos invitan, con la energía, el calor y la calidez propia de un hogar
que nos recibe con los brazos abiertos.
Cualquier ocasión es especial para probar este invento, que supo marcar un antes y un después en la historia de la gastronomía nacional. Panza llena, corazón contento y amor por este producto, es lo que celebran todos aquellos apasionados por la comida. !Feliz día hamburgueseros y hamburgueseras!