SALTA (Redacción) – Las ciudadanas salteñas, Yael Chávez y Violeta Altamirano decidieron continuar su futuro profesional en la Escuela de Suboficiales de la Armada Argentina (ESSA), ubicada al sur de la provincia de Buenos Aires. Las jóvenes aspirantes navales están convencidas del camino que eligieron y saben que cuentan con el apoyo de su familia.
Hace aproximadamente cinco meses, las futuras suboficiales realizan los cursos en la ESSA. Por ende, esperan con muchas ansias poder concluir el ciclo hacia fines del año próximo. A pesar de que el tiempo transcurrido es poco, ya han incorporado conocimiento y especialidades, que les permiten mantenerse activas.
Ambas aspirantes cuentan con 21 años de edad, Chávez es oriunda de ciudad capital y Altamirano de General Martín Miguel de Güemes. Si bien forman parte de dos lugares diferentes de Salta, a las dos las une el amor por la provincia norteña, donde están sus raíces y sus más cercanos afectos.
Sobre su decisión profesional, Chávez destacó: “Cuando uno piensa que ya no puede, descubre una voluntad que te permite continuar y eso se refuerza con el apoyo de la familia. No tengo familiares en la fuerza por lo tanto cada día lo vivo como una experiencia nueva de la que trato de aprender mucho”.
En relación con su grupo familiar, la joven salteña manifestó: “Mi papá no estaba muy convencido por la distancia y porque me alejaba de la familia, pero con el tiempo entendió que era lo que quería, me encanta la idea de navegar. Mi mamá al igual que mis hermanos y mis amigos me apoyaron; de todos siempre tuve palabras de aliento”.
Finalmente, Altamirano expresó: “Siempre busqué progresar, acceder a una carrera para estar más segura y tener una profesión. Siendo marinera conocí personas que me enseñaron lo que es la Armada. Aprendí de especialidades y hoy estoy orgullosa de mi esfuerzo, de mi decisión y de la especialidad que me asignaron, Servicios Hidrográficos”.
Además, la futura suboficial se refirió a cómo perciben su decisión los afectos más cercanos. “Tengo muchas amigas en Salta que quieren ingresar; ellas me ven como un ejemplo. En mi hogar, mi mamá y mis otros dos hermanos me siguen extrañando, cuesta mucho la distancia, pero siempre me dice que para ella es un enorme orgullo y se nota porque se emociona cuando hablamos”, concluyó.
