SALTA (Redacción) – Alonso López el titular de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara) dialogó con Salta4400 y contó la realidad del sector ante la crisis económica del país. La incertidumbre, las ventas bajas, los numerosos impuestos y la suba de precios son los principales motivos de las preocupaciones de los trabajadores.
– ¿Cómo está el sector de venta de vehículos en Salta?
Con mucha caída de venta, igual que a nivel nacional. En comparativos al año anterior, que tampoco fue un año bueno, estamos un 50% abajo, con lo cual se dará una idea del nivel de crisis en que estamos.
-¿De cuánto fue la baja en ventas anual?
Estamos hasta el momento en 350 mil vehículos patentados y el año pasado a esta altura teníamos casi 500 mil, la baja es importante.
-¿A pesar de la crisis, el sector está buscando la manera de conquistar a compradores?
El tema es que esto no pasa sólo por el concesionario. El concesionario tienen para vender lo que las fábricas proveen y en esto hay inconvenientes porque no hay grandes stock. No hay fabricación en grandes cantidades para la venta, por razones impositivas tanto nacionales como provinciales. Y, por otro lado, el costo de financiamiento es tremendamente alto.
Otro camino interesante, en años anteriores, eran los planes de ahorro. Cosa que ahora están totalmente parada la venta.
-¿La gente confía en el Plan de Ahorro con todo lo que pasó?
El Plan de Ahorro se ajusta al valor del auto, o sea que no hay casos de intereses. Lo que pasa es que hubo ofertas de autos que estaban más baratos que los precios de listas de las tablas en la cual se vende el Plan de Ahorro y, ahí, quedaron descolocados los planes.
Ahora los precios de los vehículos están normalizados porque estaban con descuentos. Algunas fábricas están haciendo descuentos excepcionales para poder vender y, obviamente, esto lleva a que no sea el mismo negocio que cuando teníamos un millón de autos patentados en un año. Bajó tremendamente.
Hoy mantener una concesionaria es un problema bastante duro porque los talleres no funcionan como tienen que funcionar, hay problemas con los repuestos, la gente se retrae para comprar y no hay colaboración ni del Estado ni de ningún lado. Todos estamos trabajando prácticamente a pérdida.
-¿Se perdieron fuentes laborales?
Se está empezando a notar en las fábricas que están suspendiendo y despidiendo personal. Esto aquí no está llegando en magnitud, pero no dudo que empiece en algún momento con suspensiones, se van a reemplazar los puestos que queden libres por renuncias y, en algún momento, las empresas van a tener que reducir el personal.
Hoy se está aguantando pero no sé hasta cuándo, porque el costo laboral y todos los impuestos que lo gravan lo hacen bastante complicado.
-¿Cuál cree usted que es la política que necesita hoy Argentina para poder reactivar el sector y poder ayudar a las grandes fábricas?
Se necesita una política de desarrollo muy activa. Para poner en marcha cualquier proyecto en la fábrica, no se hace de un día para el otro. Hay que fabricar el vehículo, hay que tener a los autopartistas en condiciones de poder proveer todos los productos y marcar un mercado exportador. Nosotros estamos trabajando mucho con importaciones y la gran mayoría viene de Brasil que también está complicado.
No es un tema que se vaya a resolver de un momento para otro, aunque se movió un poco cuando fue el Plan de Gobierno de Junio, Julio y Agosto, donde hacía un sacrificio la fábrica, la concesionaria y los autos de vendían a menos del costo. Si habría financiación más barata se podría llegar a provocar más ventas, pero no hay, el costo financiero y de los impuestos es altísimo.
-¿Cuánto representan los gravámenes que se entregan al estado?
Se habla de arriba de un 50%. De lo que vale un auto, el 50% va para el Estado.
-¿Cómo están en Salta la venta de los usados?
Va más o menos a la par del nuevo. La concesionaria para poder vender un auto nuevo está recibiendo un usado. Hay muchos autos de los que no tenemos registro porque se venden entre particulares. El usado está saliendo un poquito más del nuevo, por lo menos en la concesionaria, no se cuántos entre particulares.
-¿Usted cree que la gente está guardando los ahorros para algún momento que salga más económico los gastos de patentamiento?
Los autos a valores dólares históricamente no son altos, lo que pasa es que hoy tenemos que juntar plata para mantener un vehículo, entre seguro, impuesto de sello cuando se va a patentar, impuestos municipales, y patente. Mantener el auto es lo que impide a la gente la compra, no la compra del auto en sí.
-¿Se sabe cuánta gente trabaja hoy en el sector automotriz?
En todo el país están arriba de las 60 mil personas de forma directa en concesionarios. En Salta debemos estar en 1200 personas dependiendo del nivel de concesionario.
-¿De qué precio promedio estamos hablando de un vehículo que no sea alta gama?
La gente busca el vehículo chico o mediano, los grandes no. Y tampoco los autos de alta gama se venden en cantidades, siempre fue limitada. Estamos hablando de un vehículo que puede valer entre 500 mil a 700 mil pesos que se pueden vender con mayor facilidad.
-¿Hoy cuánto se gasta más o menos en patentamiento?
No tengo número en la mano pero tiene distintas escalas. Si se empieza por el impuesto de sellos para patentar se habla de un 2% sobre un vehículo de 600 mil pesos son 14 o 13 mil pesos, más otros gastos. Hay opciones de todas maneras de acuerdo al vehículo que uno quiera.
-¿Cree que con el cambio de gobierno o si continúa Macri va a haber algún cambio de política para ayudar al sector?
Yo entiendo que las políticas se tienen que estudiar, sea cual fue el gobierno. Pero estudiar políticas a corto, mediano y largo plazo, porque no es fácil instalar una concesionaria o una fábrica y poner a producir, si después el producto no se vende. Las reglas del juego tienen que ser claras, tenemos que trabajar concretamente sobre los impuestos, sobre la parte financiera y todos los costos que hacen que el auto sea caro. Si no bajamos eso, no podemos hablar de política, la política tiene que estar dirigida a una mayor venta bajando los valores, para que la gente compre.
