SALTA (Redacción) – En un mundo que se reinventa a cada momento, los códigos se reconfiguran, movilizando consigo todas las estanterías. Y allí, emerge la juventud reprogramando todo a su paso. Mucho escuchamos ya sobre la juventud que está perdida. Casi como si de una leyenda o un mito popular se tratase, esa juventud se revelaba caótica, inquieta y curiosa, cuestionando lo que hasta ese momento se daba por hecho y poniendo sobre la mesa nuevas respuestas.
Aunque a muchos les hizo ruido, y todavía aún lo sigue haciendo, logró instalarse en la agenda como una alternativa potable, necesaria y urgente. Una juventud que se impuso, con la frente en alta y el pecho inflándosele; una juventud que de perdida no tenía nada; que siempre estuvo un paso más adelante, fiel a sus convicciones y a sus instintos, contra viento y marea. Me animo a decir que esa juventud, quizás, pueda salvar el mundo.
Mientras que algunos le hacían la vista gorda y le daban vuelta la espalda, otros comprendían que desde hace tiempo algo ya venía diferente. Era el momento justo de abrazar el cambio como cuando se mira de cerca, con ansias, pasión y hambre a la oportunidad. La crisis era la manifestación de aquello que estaba por llegar, para darle un giro 360 ° a la historia de las personas en su paso por esta vida.
Junior Achievement
De manera exitosa, algunos pudieron surfear el patrón de los nuevos tiempos, mientras que otros optaron por pulir los finos bordes de su burbuja. En este marco, emergía Junior Achievement (JA), una de las ONG más grandes del mundo, que prepara a los jóvenes para los empleos del futuro. A través del aprendizaje práctico en educación, formación para el trabajo y emprendimiento, JA empodera a los jóvenes.
“Cada joven simboliza para Junior Achievement Salta la posibilidad de un mundo mejor. Los jóvenes suelen tener la apertura suficiente para crear nuevos paradigmas, nuevas formas de ver el mundo, son más permeables a reinventarse y reinventar. Por eso, cada joven es para nosotros un ser humano excepcional, capaz de cambiar la realidad, sólo basta con que crean en ellos mismos. Nosotros creemos en ellos”, reflexiona María Eugenia Uraga, directora ejecutiva de la sede.
Junior Achievement
Junior Achievement, una apuesta al futuro
Con más de 100 países miembros, la red de JA Worldwide se encuentra potenciada por 470.000 voluntarios y mentores, quienes sirven a más de 10 millones de jóvenes alrededor del mundo cada año. En cada rincón que adhiere a esta novedosa perspectiva, se recrean programas educativos de alto impacto, con base en el principio de “aprender haciendo”, conjugando talentos, competencias y habilidades.
De esta manera, el mundo del trabajo y la escuela no son dos canchas dispares sino, están íntimamente vinculadas. JA nos anima a pensar que se pueden desestabilizar los límites, se puede soñar en grande y generar mayores y mejores oportunidades, forjando novedosos valores en los jóvenes, tales como la determinación, la visión y la certeza de poner manos a la obra. Aquí la teoría y la praxis son una realidad.
En Salta, al igual que en otras provincias, la organización ha realizado desde su fundación, diversos programas en 24 provincias del país, alcanzando hasta hoy a más de 955.000 alumnos, gracias al apoyo anual de 3.500 voluntarios y más de 400 empresas y organizaciones aliadas. Aunque las cifras no son un dato menor, reflejan el poder de una misión cumplida, y que seguirá modificando entornos.
“Nuestra misión es inspirar y preparar a los jóvenes para el éxito, promoviendo el espíritu emprendedor, valores, habilidades y educación económica”, destacan desde la organización, alineando esta premisa con la visión que la caracteriza. Precisamente, sus acciones están basadas en la imagen una sociedad integrada por individuos responsables que comprenden la importancia del espíritu emprendedor para la búsqueda de su felicidad, respetando los derechos del otro como base de una sociedad libre.
“Pensamos en el emprender no sólo como una opción económica sino como la posibilidad de ser protagonista de la propia vida y convertirla en lo que cada uno desea”, remarca María Eugenia.
“Socios por un día”, el empujón que faltaba
Uno de los programas, que la vuelve motivo de lectura en esta ocasión, es “Socios por un día”, a través del cual conocí a Sofía Patrón Costas. Se trata de un programa educativo que permite a estudiantes del último año del secundario conocer cómo funciona el mundo del trabajo a través de una experiencia directa en el mismo. Los jóvenes acompañan durante todo un día a un profesional en su jornada laboral con el fin de conocer más la profesión en la que les gustaría desarrollarse en un futuro, compartiendo vivencias, dudas y consejos.
“Se trata de jóvenes en búsqueda de lo ocupacional, cuestionando la carrera desde lo vocacional y fundamentalmente acompañados por la familia y la institución a la que pertenecen”, agrega Victoria Echazú, coordinadora del programa en la ciudad. Cabe señalar que, la fundación está abierta a todo público juvenil, interesado en tener nuevas miradas sobre el ejercicio de una profesión y la elección de una carrera X.
Cuando veo entrar a Sofía, su energía es tajante. Es el reflejo de aquella canción que decía: “juventud, divino tesoro”. La intuición no me falla y reconozco a una joven inquieta, proactiva, ansiosa, brillante, luminosa y particular. Es como volver el tiempo atrás y hablarle a ese indicio de mí misma, que empezaba a transitar un viaje de ida, cuesta arriba, atravesando una carrera para dar con sus sueños.
Sofía llego a JA a través de una profesora del colegio al que asiste, la cual la empujó a ella y sus compañeras, a probar esta experiencia tras realizar el clásico test vocacional. Sofi no se arrepiente. Una incipiente Comunicadora Social que se adentra en las profundidades y empieza a allanar el camino que marcará su rumbo, cuando finalmente termine la secundaria este año y viajé rumbo a Buenos Aires, para dibujar nuevos horizontes.
Rebeldes con causa
Con un empuje característico del espíritu apasionado y emprendedor, Sofía es un mensaje en carne y hueso. Dicen que las imágenes valen más que mil palabras. Nos propongo pensar que las personas valen más que mil palabras. Recientemente, adolescentes como Greta Thunberg, activista medioambiental, se han multiplicado alrededor del mundo. No se trata de su misión de vida, sino de la firmeza en sus decisiones y de la esencia de un discurso inspirador y verdadero.
“Hay gente que la tiene clarísima en cuanto a lo que quiere lograr, aunque eso pueda parecer inalcanzable y hay gente que pretende cosas más simples. Cada persona tiene algo en lo que se destaca. Yo en el colegio soy standard. Sufrí de chiquita porque no podía tener buenas notas hasta que entendí que era buena en otras cosas. Por ejemplo, soy buena al momento de socializar, al comunicarme, en el deporte, al expresarme con el mundo. Me apoyé en eso. Y creo que cada persona tiene algo de eso”, explica Sofi.
“Por ello, les diría a mis pares que se apoyen en aquello que son buenos; que no se hundan y que no compitan tanto. Destacate en eso que sos bueno. Supérate pero en lo que sos bueno, metele”, subraya, sin pelos en la lengua y con una honestidad propia de esta nueva generación que pecha para el mismo lado, que mira hacia adelante y que es lo suficientemente valiente para dar el primer paso.
“La juventud es un centro de poder inmenso, donde la creencia de que todo es posible está vigente. La fuerza de esa creencia es impresionante, es el motor para mejorar como humanidad. Yo veo a los jóvenes todos los días desde mi tarea docente y como Directora Ejecutiva; puedo asegurar que la clave es creer en ellos, y que ellos crean en sí mismos. Los adultos precisamos la energía de la juventud para considerar nuestros sueños como viables”, asevera María Eugenia, en sintonía con este nuevo modus operandi.
El que se conforma, pierde
Considerando el gran potencial que identifica a los jóvenes, es necesario hacer una pausa en el sistema educativo, entendiéndolo como uno de los eslabones claves que determina buena parte de la vida de un profesional. Aunque algunos países demuestran una exitosa adaptación y una evolución privilegiada, la gran mayoría recién empieza a concebir las falencias estructurales que atañen al paradigma educativo, hoy caduco.
“Creo que en algunos colegios se le da más importancia a la nota más que a la persona, o en cómo lo logró. No son empáticos”, señala Sofía y agrega: “si pudiese reconfiguraría ese chip. Estudiar de memoria o “copiar-pegar”, es algo que ya no va. Buscaría otra manera de aprender, que se entiendan y se asimilen los contenidos. Me ha pasado y lo hacía sólo para tener una nota. Buscaría una manera más dinámica. Sería un éxito poder recordar qué contenido aprendiste, cómo, cuándo, en qué clase. Ahí está la vocación del profesor como el carácter diferencial. Pero es algo que hoy depende de cada quien”.
Al igual que esta jovencita, Junior Achievement se compromete con la realidad de los estudiantes, respetando el talento, la creatividad, los puntos de vista y la trayectoria personal de cada persona. “Estamos convencidos de que aprender haciendo tiene un impacto educativo y motivador”, aseguran. De hecho, en esta oportunidad pude conocer a una futura profesional, dispuesta a asumir la comunicación como un poder. Un poder que no obedece a valores vacíos, al status ni a sueños ajenos. Un poder que la empuja a ser la emprendedora de su vida, a coleccionar primeras veces y buscar desafíos como los grandes logros de su CV
“Lo que haría con este poder sería enseñarlo, exponerlo, ayudar a otros con él. Incomodar algunas realidades. Quizás no transformarlas, pero si me gustaría colaborar para que algunas cabezas se abran y estén dispuestas a conocer otras formas, de pensar y hacer”, reflexiona Sofía, una estudiante que aspira a trabajar en el rubro, persiguiendo un fin tan simple y claro como lo es llegar a otros.
La juventud como leitmotiv
Nos encontramos en un café y se convirtió en la mejor oficina. A ninguna de las dos nos gusta el encierro, físico ni mental. Sofía resultó ser en parte un reflejo de tantos que hemos transitado aquella etapa con la misma incertidumbre y con más preguntas que respuestas, pero con la seguridad de ser fieles a lo que queríamos y sentíamos. Empezar una carrera es inaugurar un nuevo ciclo, y eso…es sólo apto para valientes señoras y señores.
“Cuando escucho a alguien decir que la juventud está perdida, pienso que desconoce la responsabilidad de cada generación en el proceso social. Nadie está perdido sin que el otro también lo este, sumado a que cada quien ve el mundo desde sus propias interpretaciones. Particularmente, creo que esa frase no es válida. Todos los días tengo el placer de ver cientos de jóvenes construyendo un mundo mejor”, concluye María Eugenia.
Paralelamente, Victoria también tiene una valoración al respecto. “Se habla de una juventud perdida porque el adulto no suele acompañar a los jóvenes en esta etapa de la vida que es la adolescencia, cuando necesitan prioritariamente ser escuchados en sus deseos, motivaciones y necesidades para acompañarlos en el desarrollo de la autonomía y responsabilidad de sus elecciones. Deberíamos convertirnos en facilitadores de estos procesos”, profundiza.
Como bien dicen desde la ONG: “Junior Achievement hace historia apoyando a los que van a escribirla”. Mientras tanto, para Sofía todo pasa por algo, todo está coordinado, la vida se acomoda.
Permítanme decirles que si es así, esta nota no es casualidad. Cada palabra, hasta el último punto, es el vestigio de una historia que a partir de esta charla de café, empieza a materializarse y le brinda esperanza a este mundo, tan falto de ilusiones, emociones y fe.
Retomando las palabras del Papa Francisco: “tengan el coraje de ir contra la corriente, tengan el coraje de ser felices”. Asumiendo esta fórmula, estamos en condiciones de decir que: la juventud… está ganada.
