SALTA (Redacción) – Hoy se cumplen tres años del homicidio de Jimena Salas. La mujer fue brutalmente asesinada en su domicilio de la localidad de Vaqueros. En ese momento, sus hijas estaban presentes en el domicilio, pero habían sida encerradas en el baño. Durante estos años, la causa sufrió numerosos vaivenes, que incluso implicaron cambios de fiscales. En tanto, su pareja se encuentra imputado por el supuesto delito de encubrimiento agravado, mientras que hay un individuo señalado como presunto autor del crimen.
El crimen
Precisamente, este femicidio se perpetró en la mañana del viernes 27 de enero del 2017. Ese día, la víctima de 44 años se encontraba en su casa del barrio San Nicolás junto a sus dos hijas menores de edad. En ese marco, un sujeto ingresó a la vivienda sin haber tenido que forzar alguna puerta. Ante ello, el malviviente se habría encargado de encerrar a las niñas en el baño. Posteriormente, el agresor le infringió cuarenta puñaladas a Jimena, que le produjeron la muerte.
Una de las primeras cuestiones que determinaron los efectivos en la escena del crimen es que el atacante no había entrado a la casa con fines de robo. Solamente se había apoderado del teléfono de la víctima. Sin embargo, los agentes lograron hallar el celular de Jimena algunos días después. Justamente, el aparato estaba destruido y había sido descartado por el sospechoso. Igualmente, la Justicia demoró cerca de un año en poder difundir un identikit sobre la apariencia del presunto asesino.
Acusaciones y cambio de fiscales
Después de su asunción como Procurador de la Provincia de Salta, el Dr. Abel Cornejo le dio un nuevo impulso a la investigación. En primer lugar, promovió el cambio de los fiscales para intentar reactivar la causa. Por este motivo, asignó a Ramiro Ramos Ossorio y Pablo Rivero, quienes formaban parte de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas. Además, el funcionario recibió a los familiares de la víctima para expresarle el compromiso que poseen las instituciones salteñas con la resolución de este caso.
Semanas después se produjo la detención del único sospechoso por este asesinato. Se trata de Sergio Vargas, un vendedor ambulante de 34 años. Concretamente, fue acusado provisoriamente del delito de homicidio triplemente calificado por ser cometido por alevosía y ensañamiento, y por promesa remuneratoria en calidad de coautor material. En tanto, la Justicia también imputó a la pareja de Salas, Nicolás Cajal Gauffin, por el supuesto delito de encubrimiento agravado.