SALTA (Redacción) – Ante el escaso consumo de combustibles debido a la pandemia del coronavirus que mantiene a la población en cuarentena, el precio del petróleo se derrumba en el mundo, llegando a niveles muy bajos. A pesar de la caída, hay pocas expectativas de que el combustible baje en el país. El ingeniero y especialista en petróleo, dueño de la empresa de logística VenOil Energía, Gustavo Naves, explicó que esta situación “ha hecho trastabillar todas las economías de todos los países del mundo”.
El especialista agregó que entre el 80 y el 85% de la matriz de consumo de energía en el mundo aún proviene del petróleo, y que “si bien hay alternativas como la eólica o la nuclear, la fuente principal de consumo todavía es el oro negro”. Pero la cuarentena mundial para evitar el contagio del Covid-19, ha provocado una abrupta caída de su principal demandante, el combustible. Lo que generó “cosas extrañas como que el valor del WTI, que es el valor de referencia en Estado Unidos, llegara a valores negativos”, dijo a Salta 12.
En Argentina, se redujo un 80% el consumo de nafta en este período, el gasoil bajó un poco menos (50%), debido a que el campo se vio exceptuado de la medida de aislamiento social. Y por la parálisis total de vuelos comerciales, el consumo de combustible de avión se derrumbó en un 90%. “Hay fotos de la cantidad de barcos cargueros parados en el mar llenos de petróleo porque no hay lugar dónde almacenarlo”.
Cae el petróleo, no la nafta
“Si sube el petróleo sube el combustible, si baja el petróleo no baja el combustible, no es la misma lógica”, sostuvo jocosamente el ingeniero, quien explicó que son varios factores los que influyen en que la caída del precio del crudo no signifique una merma en el precio de las naftas. Argentina, “desde hace unos años”, maneja el Brent como referencia, que hoy está en torno a los 20 dólares (llegó a caer a su precio más bajo del siglo cuando descendió a los 15,98 dólares por barril el 21 de abril).
A estos factores de parálisis de la producción y comercialización, los empresarios le suman el precio del impuesto al combustible (ITC), que lo fija el Estado, más la devaluación del peso y un supuesto atraso histórico en los precios. “Todo esto, dicen, los sitúa en el lugar de cubrirse ante la pérdida que están sufriendo y que tienen que compensarla manteniendo el mismo precio”, explicó Naves. Y concluyó, “el precio de la nafta debería bajar, pero mi apreciación es que no lo va a hacer en lo inmediato”.