SALTA (Redacción) – La pandemia parece opacar todas las buenas nuevas que puedan surgir durante este 2020. Sin embargo, más vale recordar los motivos que puedan ser un mimo para el corazón. Es el caso de la última nevada que los salteños pudieron presenciar. Ya van 10 años de aquel inolvidable escenario que nos sorprendió dejándonos boquiabiertos a la par del primer bostezo.
Desde las seis de la mañana, el frío acaparó la atención de toda la región. La noticia no tardó en conquistar a la prensa y el boca a boca de los vecinos. Este fenómeno meteorológico ocurrió en nuestra Capital y, sobre todo, en Campo Quijano y San Lorenzo donde se dio con mayor intensidad. Hasta el mediodía nevó de manera constante mientras el termómetro marcaba cero grado. No era una película de Disney, era Salta «La Linda», que decidió vestirse de blanco.
La sensación térmica era de cinco bajo cero en aquella ocasión. Alegría y asombro caracterizaban a los rostros de los salteños que no dudaron en cruzar la puerta y disfrutar de este regalo de la naturaleza. Aquella nevada de ensueño duró unas siete horas. Horas en las que sólo importaba disfrutar, contemplar y dejarse llevar por la caída de la nieve incesante.
Las postales dan cuenta de ello. Muñecos de nieve, las copas de los árboles resistiendo a los montones de copos, «batallas» de bolas de nieve, una chocolatada caliente, fotos a doquier, capas y capas de abrigos son parte de ese álbum de fotos que decidimos guardar en nuestra mente. Hoy es momento de desempolvar aquel registro y sonreír por ello.
Diez años después, los salteños nos hacemos eco una vez más de aquella histórica jornada que no pudimos volver a vivir hasta ahora. El invierno tira para rato y quizás, tengamos suerte de pasar el frío acompañados de una chocolatada caliente, viendo la nieve caer o armando muñecos en el jardín. Resiste quien mantiene la ilusión intacta. Que la pandemia no nos distraiga ni nos engañe.