SALTA (Redacción) – El intendente de Salvador Mazza, Rubén Méndez, quedó nuevamente en el centro de la polémica porque vetó una ordenanza del Concejo Deliberante que tenía una finalidad importante. Allí se solicitaba al Ejecutivo local ayudar económicamente a dos familias que tienen hijos con leucemia y necesitan ayuda para los tratamientos médicos. Sin embargo, dio de baja el proyecto y aseguró que para ese fin ya hay una ley provincial.
Cabe recordar que Rubén Méndez tiene denuncias en su contra que están en la Justicia Federal y en la Provincial. Una de ellas es por evasión fiscal y la otra por incumplimiento a lo establecido en la Carta Orgánica municipal. El proyecto en cuestión resultó aprobado por unanimidad por el Concejo Deliberante el 16 de marzo. Allí indicaban que el municipio beneficiaría a Yenny Barroso, madre de un niño de 5 años con leucemia.
Así también sería beneficiario un joven de 27, José Luis Soruco, vecino de un paraje de Salvador Mazza y que padece la misma enfermedad. Iban a recibir una ayuda de $15.000 mensuales cada familia para gastos de traslado y alojamiento mientras dure su tratamiento médico. Sin embargo, Méndez decidió vetar la normativa un mes más tarde por considerar que ya existe una ley provincial, la 7.786, promulgada en 2013 y reglamentada en 2016. Esa normativa creó un sistema de cobertura intersectorial e interdisciplinario para la atención de tratamientos de cáncer infanto-juvenil.
Personas con cáncer que alertan por el abandono del Estado
Además, el intendente argumentó que ese cuerpo deliberativo no está facultado para emitir ese tipo de ordenanzas. Y luego advirtió que en caso de llegar a insistir con el pedido, se reservaba el derecho de plantear ante la Justicia un “conflicto de poderes”. Por su parte, la autora del proyecto lamentó que los familiares y las personas con cáncer sienten un abandono por parte de los Estados provincial y municipal.
De este modo, la concejal Marisa Valdivieso criticó duramente el veto del intendente Rubén Méndez. Explicó que ambas familias deben hacer más de 400 kilómetros para su tratamiento. Y relató que en este contexto de pandemia, se exponen a riesgos complementarios por su delicado estado inmunológico. La mayoría de las veces tienen que optar por movilizarse en taxi para evitar “romper con sus burbujas”.