SOCIEDAD

«Todo esto es una confusión grande”, declaró el acusado por el crimen de Jimena Salas

Durante el juicio, el imputado por el crimen aseguró que no conocía a Jimena Salas y que nunca habló con ella ni con su marido, Nicolás Cajal.

Jimena Salas

SALTA (Redacción) – Este jueves se llevó adelante otra audiencia donde declaró el imputado Sergio Vargas por el homicidio de Jimena Salas. Durante su testimonio aseguró que “todo esto es una confusión grande”. Luego detalló todo lo que hizo el día del crimen, el 27 de enero de 2017, cuando se encontró el cuerpo sin vida de la joven en su casa de Vaqueros. Por otra parte, apuntó que no conocía a la víctima y que nunca habló con ella ni con su marido, Nicolás Cajal Gauffin, quien también está imputado.

Durante esta última jornada de testimoniales declararon además, la concubina y un empleador en obras de construcción y amigo de Sergio Vargas. En tanto, luego de incorporar la «prueba producida», el Tribunal de la Sala VII de Juicio, dispuso que los alegatos de las partes se lleven a cabo este viernes. Mientras que las réplicas, últimas palabras de los acusados y la lectura del veredicto, se desarrollen el próximo lunes 24.

Femicidio agregado a la causa

Otro dato sobre el proceso judicial es que el fiscal penal Ramiro Ramos Ossorio planteó un cambio en la calificación del crimen de Jimena Salas. Esto es para agregar el agravante de «femicidio no vincular» a la acusación que desde hace cuatro años venía tramitándose con la calificación de homicidio calificado con otros agravantes. En ese sentido, aclaró que el cambio no altera la situación de los dos acusados que están siendo juzgados.

De este modo, el albañil y vendedor ambulante Sergio Vargas sigue acusado como partícipe secundario. Y la pareja de la víctima, Nicolás Federico Cajal Gauffín, se le sigue atribuyendo encubrimiento agravado. Cabe recordar el primero andaba vendiendo sandalias en el barrio San Nicolás el día del crimen. Y para el equipo del Ministerio Público Fiscal actuó como campana de los asesinos materiales que aún no han sido identificados.

«Iba a vender sandalias»

En tanto, Vargas decidió declarar y sostuvo su inocencia respecto a la acusación que pesa en su contra. Justificó su presencia en el barrio por sus supuestas actividades de venta de dos pares de sandalias y un par de alpargatas. Y en procura de conseguir trabajo en alguna obra. Según expresó llevaba en una mochila un par de alpargatas y dos pares de sandalias para vender. Y que planeaba quedarse en Vaqueros para ver a unos conocidos suyos que se dedican a la construcción, porque quería pedirles trabajo.  

Dijo que entró al barrio San Nicolás entre las 11 y 11.30 de la mañana y que se paró en la esquina de la casa “de la chica” (en referencia a Jimena Salas) para decidir por dónde iba a seguir su recorrido. Allí indicó que no pensó en ofrecer sus productos allí porque “era una casa grande, bonita”, y sabía por experiencia que la gente de plata no le compra al vendedor ambulante. 

Luego aseguró que nunca le preguntó a ninguno de los vecinos del barrio por “una señora que tenía dos nenas”. Sí consultaba por “familias con nenas”. Explicó que la estrategia de mencionar el nombre de alguna mujer le servía para acercarse a la gente, para iniciar una charla y para que miraran sus productos. Por otra parte, precisó que ese día no había llevado su celular porque había decidido dejarlo en su casa para que jugaran sus hijas.

“Estaba consciente de que en cualquier momento me iba a llegar una citación”

Sobre su única visita a un sitio web de noticias a pocas horas del homicidio de Jimena Salas, que fue detectada por peritos del CIF, Vargas admitió haber entrado a la página porque él había andado por ese barrio el día del crimen y había dado información suya. Esto último en referencia a que le había dicho su apellido a la mujer de un amigo y había mencionado que era sobrino de “doña Dominga”. “Estaba consciente de que en cualquier momento me iba a llegar una citación”, aseveró.

Vargas también hizo alusión al día en que le llegó la citación del CIF. Remarcó que se ocupó de averiguar en una dependencia policial de qué se trataba. Entonces se presentó solo en la fiscalía. “A partir de ahí pasé a ser el asesino. Declaré, tuve un par de contradicciones por la presión que sentí. Me mostraron un identikit y decían que era yo. Estuve ahí hasta la noche. Me hicieron hisopado, me tomaron las huellas. Siempre estuve a disposición”, relató. Finalmente acusó que terminó detenido dos años y medio después de la muerte de Jimena Salas, “cuando cambiaron el fiscal”.

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