SALTA (Redacción) – El Obispo de Orán, Luis Scozzina fue el encargado de comandar la Misa en la Catedral durante el segundo día del Triduo del Milagro. El sacerdote decidió mostrar su descontento con la situación que atraviesa el norte provincial. Así, hizo un reclamo sobre la situación sanitaria de esta región y, en particular, se focalizó en la desnutrición.
El representante de la Iglesia Católica hizo énfasis en la exaltación de la cruz para referirse a la desnutrición en Orán y el resto del norte. “Hoy veneramos en la cruz la vida donada por amor a los pueblos originarios y por la pacificación de sus territorios en tiempo de dominación y avasallamiento de la dignidad de sus habitantes”, señaló.
“Traemos también los rostros sufrientes de tantos hermanos y hermanas que cargan la cruz de la desnutrición infantil crónica. La falta del cuidado sanitario, la falta de agua potable en las poblaciones de Chaco, especialmente en Rivadavia Banda Sur, la falta de trabajo digno y el grito de tantos rostros que claman por el reconocimiento y la justicia”, sostuvo Luis Scozzina.
Las dificultades por las adicciones
El Obispo de Orán también se refirió a las adicciones que también impactan en el norte provincial. «Tantos hombres y mujeres que han perdido el sentido de sus vidas, absorbidos en diversas adicciones y que han perdido el sentido de la vida. Se han quedado en mero consumir como única razón de vivir”, manifestó.
“Una iglesia en escucha la voz del espíritu es una iglesia samaritana que se sensibiliza con el dolor de sus hijos. Sabe curar las heridas de quienes son lastimados por las injusticias y las violencias de aquellos que se sienten poderosos y dueños de la vida. Cada persona debe ser reconocida en su dignidad. Para eso, es urgente asegurar que todos tengan acceso a las condiciones mínimas. No solo de sobrevivencia sino de una vida digna», sentenció el Obispo de Orán, Luis Scozzina.
