SALTA (Redacción) – Alrededor del mundo, las apps de transporte coexisten con los taxis. Incluso en la Argentina, en algunas de las provincias donde está presente Uber, los propios taxistas son parte de la app. Sin embargo, los conductores de taxis salteños se resisten a estas apps y piden una propia.
Ernesto Alvarado, secretario general de SICOTASA, fue el encargado de hacer público el pedido de los taxistas. «En el tema de la aplicación que venimos sosteniendo nosotros se tomó una decisión política en CABA y hoy el sistema de transporte público tiene una app usada por todos los taxis administrada, fiscalizada y controlada por el gobierno de CABA. Esta aplicación terminaría siendo beneficiosa tanto para los taxistas como para la población», expresó.
El dirigente de los gremios de taxis aseguró que se deben destinar recursos pensados para las bicisendas en el desarrollo de esta app. «Para terminar de desarrollar una aplicación hacen falta de los recursos. Hay recursos que se están destinando a otros lados, como por ejemplo la bicisenda, que se podrían destinar a desarrollar una aplicación que beneficie a la comunidad», expresó.
Por otro lado, el titular del sindicato de taxis aseguró que incluso podría ser beneficioso para el Gobierno Provincial. «Para esto falta decisión política, en la aplicación de los taxis también, porque en definitiva se tendría que trabajar de la misma forma que trabaja Uber, una pequeña comisión para poder administrar y mantener la aplicación como corresponde porque la tecnología avanza y la aplicación hay que actualizarla constante», manifestó.
Los cuestionamientos a Uber
Por último, Ernesto Alvarado explicó por qué los taxistas se oponen a Uber y otras aplicaciones. «Todas esas aplicaciones ingresan a los mercados y al no tener muchos beneficios una vez que destruyen el sistema empieza el monopolio, y teniendo el monopolio estas aplicaciones no pueden ser controladas por el gobierno, esto pasó en todo el mundo, no es que nosotros no tengamos conocimiento», concluyó el titular de SICOTASA.
