SALTA (Redacción) – La pérdida de gas y la consecuente intoxicación de estudiantes de la Escuela Joaquín Castellanos puso en tela de juicio el estado de las instituciones educativas provinciales. Cristina Fiore aseguró que están dadas las condiciones para que los alumnos vuelvan a las clases presenciales, pero los padres se resisten y temen por la seguridad de sus hijos.
El regreso a las aulas se da en el medio de la investigación judicial para dictaminar lo ocurrido semanas atrás en el Joaquín Castellanos. Por eso es que Fiore decidió que se corte el suministro de gas y las tareas de gastronomía la realizarán en el Colegio Jesús. Tras lo ocurrido han recorrido las instituciones educativas. «Hemos recorrido más de 180 escuelas para verificar las instalaciones de gas y garantizar su seguridad», indicó la ministra.
En aquellos casos de las escuelas más antiguas, cercano o que superan los 100 años; se hará un escaneo estructural en las mismas. Asimismo, prometió que en el presupuesto 2025 se incluirán obras de infraestructura en instituciones educativas. Se trabaja en eso, según lo informó Fiore, con el Ministerio de Infraestructura.
Los padres se resisten
Por otro lado, vale destacar que la postura de los padres es totalmente diferente a la manifestada por el gobierno. «la mitad de los padres no va a enviar a los chicos al colegio», informó uno progenitor con respecto a la situación en Joaquín Castellanos. En un comunicado lanzado en conjunto advierten que no están dadas las garantías para garantizar la seguridad física ni emocional de los estudiantes.
«Ante el incumplimiento del compromiso asumido para que los estudiantes puedan regresar a clases y tras no tener confirmación del horario de la reunión pactada con Infraestructura, en el ejercicio de nuestra patria potestad se decidió no enviar a los estudiantes a clases, protegiendo su integridad física y psicológicas», remarcaron los padres.