El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, confirmó haber firmado un convenio con la Dirección Nacional de Vialidad, para que la provincia asuma la ejecución del tramo San Antonio de los Cobres–Mina Poma de la Ruta Nacional 51, una obra estratégica para la región. Esta acción se produce ante la reticencia de la Nación a avanzar por falta de fondos tras la disolución de Vialidad.
A partir del acuerdo, Salta se hará cargo del financiamiento a través de FONPLATA, encargándose también de la licitación pública, la inspección de obra y los pagos correspondientes. En contraparte, la Nación entregó el anteproyecto ejecutivo ya elaborado, lo que acelera el proceso.
Este avance no se limita al primer tramo. La provincia ya negocia financiamiento con el BID para continuar el pavimento desde Campo Amarillo hasta el límite con Chile, incluyendo los tramos IV y V. El objetivo es consolidar la Ruta 51 como nudo del Corredor Bioceánico, favoreciendo la salida de producción local hacia puertos del Pacífico.
La iniciativa se encuadra en gestiones continuadas del mandatario salteño, quien había denunciado la paralización de obras por parte del gobierno central liderado por Milei. Desde la provincia enfatizan que se trata de un «paso necesario» para fortalecer la infraestructura estratégica y dinamizar la economía regionaL.
Al liquidador de Vialidad Nacional, que tras el decreto?461/2025 cedió funciones al Ministerio de Economía, le corresponderá vigilar que los recursos no sean retenidos y que la gestión provincial mantenga estrictos estándares de transparencia.
Más allá del efecto logístico, la nueva Ruta podría elevar la apuesta de Salta en futuros proyectos, impulsando una narrativa de autonomía provincial frente a fondos nacionales restringidos. Potencialmente, este modelo podría replicarse en otras rutas críticas del NOA, reforzando la posición de Salta como articulador regional.
