SALTA (Redacción) – La Justicia de Salta realizó un importante avance en un caso que estremeció a los habitantes de Cerrillos en diciembre del año pasado. En este contexto, un efectivo de la Policía quedó detenido por no haber evitado un femicidio. El uniformado estaba a cargo de la custodia del domicilio de la víctima en el momento en el que ocurrió el crimen. A causa de esta situación, se amplió la acusación en contra del agente a abandono de persona seguido de muerte.
Concretamente, se trata del proceso judicial sobre el femicidio de Liliana del Valle Flores. En la mañana del 24 de diciembre, la mujer de 25 años se encontraba en el interior de casa del barrio Los Paraísos. Por entonces, el agente Elvio Rolando Aguirre había quedado a cargo de la consigna policial, a fin de garantizar la integridad física de la joven. Sin embargo, su expareja, Hedgar Exequiel Almirón, consiguió entrar a la vivienda y le disparó con una arma de fuego, ocasionándole la muerte. Acto seguido, el femicida se suicidó.
Femicidio en Cerrillos
La indagación sobre este hecho está a cargo del fiscal penal 3 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Gustavo Torres Rubelt. A fin de respaldar su resolución, señaló que la ampliación de la imputación está basada en los testimonio de los testigos. Además, destacó que las pericias sobre el celular del uniformado también sustanciaron su decisión. De esa manera, aludió que Aguirre estaba manteniendo una comunicación telefónica en el momento en que le disparaban a la víctima.
Asimismo, el fiscal penal apuntó que el policía estaba dialogando con una mujer. Además, confirmó que cortó esta llamada cuando escuchó las detonaciones en el interior de la vivienda. En ese momento, remarcó que el responsable de la custodia inmediatamente se comunicó con sus superiores para reportar esta situación. Ante ello, el funcionario público recordó que le habían designado la escolta a la mujer porque su expareja previamente ya la había amenazado en su domicilio con un arma de fuego.
De esta manera, Torres Rubelt pudo corroborar que Aguirre efectivamente se encontraba en la puerta del inmueble cuando ocurrió el ataque. No obstante, enfatizó que el agente no se dio cuenta de la presencia del asesino porque mantenía una conversación que no estaba relacionada con sus labores. Por su parte, agregó que la víctima ya estaba herida cuando el uniformado entró a la casa. En tanto, reparó que tampoco pudo evitar el suicidio de Almirón.
