Durante un acto oficial de alto contenido político internacional, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, arribó por primera vez a la sede del Departamento de Estado. En este sentido, el demócrata remarcó que “la diplomacia está de vuelta” en Washington. Y con este mensaje buscó diferenciarse nuevamente de la gestión de Donald Trump. En su discurso cargó duramente contra su par de Rusia, Vladimir Putin, y prometió «enfrentar» a China.
Como bien apunta El Intra News, el flamante presidente Joe Biden resumió: “Estados Unidos está de vuelta. La diplomacia está de vuelta. Ustedes están en el centro de todo lo que yo planeo hacer”. Escoltado por su vicepresidenta Kamala Harris, el demócrata aseguró su país abandonará el «aislacionismo» que dominó el período anterior del republicano. Por este motivo lanzó sin titubeos: “Nuestro país estará ahí frente al avance del autoritarismo». «En particular las crecientes ambiciones de China y el deseo de Rusia de debilitar nuestra democracia”, castigó.
“Le dejé claro al presidente Vladimir Putin, de una manera muy diferente a mi antecesor, que la época en que Estados Unidos se sometió a los actos agresivos de Rusia (…) se acabó”. Así resumió Joe Biden la conversación con el líder de Moscú. En tanto, durante su presentación también ordenó que la guerra en Yemen “debe acabar”. Acto seguido prometió abandonar el apoyo de Washington a la ofensiva de Arabia Saudita contra los rebeldes hutíes. Así también suspender la venta de armas.
En sentido contrario a Trump
Como se mencionó, el actual residente en la Casa Blanca buscó durante la misma jornada diferenciarse del legado que dejó en cuatro años Donald Trump. Sobre todo en otro aspecto clave del gobierno de este último: la política migratoria. Por el contrario, el demócrata expresó su intención de multiplicar por ocho el número de refugiados que pueden ser admitidos en Estados Unidos. Esto será desde el mínimo histórico impuesto en el final del anterior presidente.
Por último, y en la misma línea, debemos recordar que una promesa de campaña de Biden establecía la cuota anual de refugiados que pueden ser admitidos. Esto sería bajo el programa de reasentamiento con 125.000 personas, en comparación de las 15.000 para el año presupuestario actual. Con esta medida marca otro contrapunto respecto al legado de su predecesor, como sucedió ya con el rol que considera el actual presidente, debe ocupar Estados Unidos en el multilateralismo global.
