SALTA (Redacción) – Las fiestas clandestinas son una problemática que preocupa a las autoridades sanitarias en el marco de pandemia. Esto se debe a que dicho eventos funcionan como un foco de contagio y permite que el virus se propague más rápidamente. Es por ello que en algunas jurisdicciones del país decidieron imponer trabajo comunitario para las personas que participen de estas actividades.
Es el caso del municipio de la localidad cordobesa de Río Tercero, donde las autoridades optaron por incrementar las multas relacionadas a las fiestas clandestinas. «La intención es prevenir y concientizar sobre la necesidad de la responsabilidad social ante un contexto sanitario complicado. En este caso, a través de medidas ejemplificadoras, disuasivas y de escarmiento”, sostuvo el intendente, Marcos Ferrer.
Cabe recalcar que Río Tercero, ubicado en el departamento Tercero Arriba del valle de Calamuchita, no dictó una norma específica para la pandemia. En vez de ello, apostaron por la aplicación multas a las transgresiones contempladas en el Código de Faltas Municipal que rige desde 2007. Asimismo, habrá infracciones que lleguen hasta los 200.000 pesos.
A esta multas económica se le podría sumar arresto, trabajo comunitario y asistencia a cursos educativos. Esto contemplará a todos aquellos que transgreden las disposiciones sanitarias y de seguridad e higiene, entre otras conductas que afecten a la sociedad y a las instituciones, tanto públicas como privadas. En relación a esto, el intendente resaltó que la imputabilidad alcanza a los mayores de 16 años.
Finalidad de esta estrategia
Marcos Ferrer explicó que con esto no se busca un fin recaudador, sino que el objetivo es concientizar a la sociedad sobre la peligrosidad de las fiestas clandestinas. «Apuntamos a la concientización a través del trabajo comunitario porque observamos que a pesar de las multas, hay conductas que se repiten, particularmente en los jóvenes”, finalizó el mandatario de la localidad cordobesa.