SALTA (Redacción) – En pocas horas es Navidad y la máxima autoridad global de la Santa Iglesia Católica mandó un fuerte saludo a todos los habitantes de la tierra y expresó su mayor deseo en que los más humildes, los pobres y los marginados puedan vivir cada día mejor. El Papa Francisco fue entrevistado por los periódicos italianos La Republica y La Stampa, lo hizo antes de dar la tradicional misa del Gallo de Nochebuena.
En este contexto, el Papa Francisco contó para quienes son sus plegarias y en quiénes piensa cuando reza. «Para los pobres, siempre. Y después en los olvidados, los abandonados, los últimos y en particular los niños abusados y esclavizados«, detalló la máxima autoridad de la Santa Sede del Vaticano.
En otra parte de la entrevista, el santo padre también detalló que sufre y llora con la historia de los adultos vulnerables asimismo de los niños y niñas explotados. Además, reivindicó el papel del personal médico a nivel global en estos dos años de pandemia. «A menudo no nos damos cuenta de la grandeza del trabajo diario de estos médicos, enfermeras y personal sanitario, y en cambio todos deberíamos estar agradecidos a cada uno de ellos», manifestó Francisco.
Volvió al punto de las personas humildes y de los más vulnerables. «Rezo a Dios para que esta Navidad transmita más generosidad y solidaridad a la Tierra. Espero que la Navidad caliente el corazón de los que sufren, y abra y fortalezca el nuestro para que arda en el deseo de ayudar más a los más necesitados», rogó Jorge Bergoglio.
Por último, recordó su vivencia familiar con las Fiestas de Fin de Año y a su estado de salud. Hace cinco meses había sido operado de colon y desde entonces el Papa no cambió su rutina ni modificó sus hábitos y que aún se sigue despertando todos los días «a las 4 de la mañana. Finalmente, se refirió a los festejos de Navidad con su familia en Argentina. Siempre festejaban el 25 a la mañana y en la casa de sus abuelos. «Una vez llegamos y la abuela seguía haciendo cappelletti, los hacía a mano. ¡Había hecho 400! Nos quedamos asombrados. Toda nuestra familia estaba allí; tíos y primos también vinieron», rememoró Bergoglio.