SALTA (Redacción) – La inseguridad es un fenómeno que se expande desde las pequeñas localidades a las grandes ciudades. Un flagelo que daña a la sociedad y que provoca grandes hechos de violencia. En Urundel no son la la excepción y en el último tiempo los hechos delictivos fueron en aumento. Así lo hizo notar la concejal Magali Barrio al publicar un documento pidiendo medidas urgentes al intendente.
El jefe comunal es Víctor Germán Caraita y fue hacia él a quien se dirigió el documento de la concejala. «Urundel era tranquilo y grato, pero se transformó en un lugar con gran inseguridad«, escribió en sus redes sociales la edil. La gota que rebalsó el vaso fue el terrible infanticido cometido por una madre de 15 años que asesinó a su hijo de 2 meses. Entre los hechos denunciados se anuncian abusos sexuales y delincuencia. Así queda a la vista que el Ministerio de Seguridad y Justicia no llega de igual manera en toda la provincia.
En una población de casi 3 mil habitantes hay un anexo de la Policía de Salta con solamente 3 efectivos disponibles. Es decir que cada uno de estos tiene que estar al cargo de casi mil habitantes y esto se agrava al tener en cuenta que carecen de móviles oficiales dados por la fuerza de seguridad. Es decir, una pequeña localidad como Urundel no cuenta con las herramientas indispensables para prevenir los hechos delictivos.
La concejala expresó «preocupación y dolor» por la situación
Por su parte, la concejala sigue reclamando en su carta por mayores medidas de seguridad. Expresa que la situación le genera «preocupación y dolor» frente a «los impactantes casos que están sucediendo en la localidad». Entre los diferentes puntos que toca, denuncia «el homicidio de un niño de 2 meses, los abusos sexuales, la violencia de género, la delincuencia generalizada».
«Es por eso que pedimos seguridad ciudadana, sostenemos que corresponde enfrentar al delito y a la violencia con propuestas concretas en materia de políticas públicas de seguridad, de inmediato», reclamó Magali Barrio. Pidió que se desarrolle urgentemente un control de los ingresos a la localidad, un plan de patrullaje integral, prevención y control de armas. «Es impensable que una ciudad como la nuestra, tranquila y grata para vivir se haya transformado en un lugar con tal grado de inseguridad», concluyó la concejala de Urundel.
