SALTA (Redacción) – El 15 de febrero, hace una semana, partió desde Buenos Aires una brigada sanitaria convocada por las organizaciones sociales que están nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular. Hace dos días empezaron a atender en General Mosconi y están organizándose para llegar a las comunidades de Salta. Están realizando un itinerario para poder difundir las comunidades donde harán los chequeos. Los profesionales se dividirán en grupos para llegar a la mayor cantidad de personas.
Fernanda, integrante de La Dignidad, indicó que el trabajo empezó hoy en General Mosconi, en un espacio prestado que cuenta con las comodidades necesarias. Los brigadistas comenzaron con la atención a todos los que se acercan. “Cuando uno se organiza, se pueden hacer muchas cosas. Es impresionante como está llegando la gente y los profesionales van atendiendo uno por uno, haciendo chequeos y luego una revisión médica”, contó en FM 88.1.
“Están sin agua y eso es lo más importante, y los medicamentos. Los profesionales que vinieron trajeron, pero no van a poder satisfacer las necesidades de todos. En el afán de ayudar, uno quiere pero no puede. Eso nos limita un poco. El agua es la necesidad primordial, en principio, pero hay muchas más cuestiones. Los alimentos aún no llegaron”, expresó Fernanda. La brigada está alojada en un campamento de la localidad. Llegaron ayer por la tarde, con lluvias en la zona.
Trabajo periodístico
Alexis Miranda viajó junto a la brigada para realizar un trabajo periodístico, e informó que en Tartagal, donde se encuentra el hospital cabecera, el nosocomio Juan Domingo Perdón, se siguen recibiendo niños con desnutrición lo cual fue confirmado por Juan López, gerente del hospital. A dos kilómetros del centro de la ciudad de Tartagal, Reina Pérez, lideresa de la comunidad Sachapera 2 que nuclea a 10 familias, comentó que no tienen presión de agua, a pesar de estar a poca distancia de la ciudad.
La lideresa de la comunidad remarcó que la falta de agua está presente todo el año, pero en el verano las complicaciones aumentan. “A los chiquitos les falta muy control. No vienen a vernos, y ese es el problema que tenemos”, dijo. Pérez tiene cuatro hijos, entre 2 y 16 años. Su hija más chica viene hace varias semanas con problemas de tos. La poca agua que se consigue, es recogida en tachos usados para contenido agro tóxico.
