SALTA (Redacción) – El panorama económico del país sigue en picada: en la jornada de ayer tuvimos un dólar disparado que llegó a unos $47,50 y las consecuencias de la corrida cambiaria siempre son negativas. Terminando una semana expectante con la situación del plan “Precios Cuidados, Productos Esenciales” y el aviso de los supermercadistas anticipando que no estarán disponibles al 100% los productos de la canasta impuesta por el gobierno en góndolas la semana que viene y un posible aumento del 10% en los combustibles y demás pálidas.
Si todo eso pasó en una semana, ¿qué nos hace pensar que en tres meses juntos no pudo haber caído la actividad económica del país un 7,7%? Porque eso ocurrió y la cifra se obtiene comparando el mismo período del año pasado. Si bien siguiendo ese criterio la baja era del 6,6% se sumó una caída registrada el pasado febrero del 0,7%, esta información fue expuesta por el Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres.
Dicha consultora dijo al respecto: “En abril la actividad comienza lentamente a cambiar la tendencia, impulsada por la producción agrícola. En la comparación desestacionalizada, por su parte, la actividad del primer cuarto de 2019 muestra un crecimiento del 0,4% respecto del cuarto trimestre de 2018”.
El estudio realizado demostró que en los sectores donde más de acentuó la crisis fue en la industria manufacturera y el comercio tanto mayorista como minorista. El impacto en la producción automotriz se manifestó en una baja del 41%, esto sin duda viene aparejado con el drama de la hiperinflación en las cuotas de los planes y en los combustibles.
A pesar de la variación siempre negativa de nuestra macro y microeconomía advirtieron desde el Centro de Estudios Económicos de Orlando Ferreres que “Aunque el conjunto de la actividad tendrá cierta ayuda estadística por comenzar a compararse con los meses malos del 2018, la recuperación se dará lentamente y sector por sector, y esto supeditado a una situación de relativa estabilidad en el frente político y macroeconómico, lo cual no está asegurado en el actual contexto de alta incertidumbre”.
Y para apoyar su premisa un análisis da esperanzas sobre eso, porque en comparación a meses anteriores el campo registró en marzo un incremento importante del 5,9% elevando las actividades agricultoras y ganaderas a un 12,6%. Pero a quienes no les corrió la misma suerte fue al sector ganadero ya que sufrieron una baja del 8,7% por la disminución de faena bovina.
Para finalizar el análisis de las actividades económicas nos resta hablar sobre los cambios en los porcentajes de la producción de maquinarias y sector energético. Ambos sufrieron el impacto de la disminución del poder de compra. Evidentemente hasta la instalación de energía fue reemplazada porque registraron una caída interanualdel 4,9%, generando que en comparación al año anterior, igual trimestre el cambio sea del 5,9%. Lo mismo sucedió con la producción de maquinarias y otros productos industriales que se vieron afectados de la siguiente manera:
Producción industrial: bajó 10,4% anual para marzo
- Rubro alimenticio: 5,1%
- Metales básicos: 12,7%
- Minerales No Metálicos: 9,6%
