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Pía Rocha es una trotamundos con el espíritu wonderlust a flor de piel

Trabaja en un crucero que hace de Disney una realidad a bordo. Con más de 24 países recorridos, la joven salteña se ha convertido en una ciudadana del mundo.

Pía Rocha - Fuente: Faceboock de Pía

SALTA (Redacción) – Juventud, divino tesoro. La juventud es la esperanza de un mundo que se presenta tan maravilloso como inmerso en complejidades varias. Aunque muchos aseguran que la juventud está perdida, resultaría muy escueto pensar de esa manera por el simple hecho de que los tiempos cambiaron y con ello, las demandas y formas que exige el nuevo siglo. Cuando todo parece tornarse difícil, más vale mirar a un joven.

Convertir el plomo en oro, dar con el elixir de la eterna juventud y alcanzar la piedra filosofal son las místicas tareas de un alquimista. En la actualidad, un joven que puede vivir de lo que ama, haciendo del mundo un mundo mejor, lo es.  Es el caso de Pía Rocha. Con tan sólo 26 a años, es Comunicadora Social y Fotógrafa. El motivo de esta charla es que así, simple, joven, resuelta y auténtica, Pía resulta un patrón a tener en cuenta en la generación millennial y un motivo para creer en que los sueños se cumplen. 

«Me decidí ir por Comunicaciones porque la secundaria a la que asistía estaba orientada a eso y desde ese momento, estuvo presente mi interés por hacer videos. Sin embargo, dejé de lado un poco esa materia, ya que me concentré en la fotografía.  Creo que lo mejor de la carrera es que al ser tan amplia, podes elegir y probar diferentes especializaciones, perfeccionarte y dar con la que más te gusta», asevera Pía.

Sus ánimos de comunicar-se fueron certeros. Sus ganas de expresar esa inmensidad contenida en su interior se encontraron con su interés de captar el momento justo a través del lente y de esa manera, le permitieron salir a la luz. Tanto así que, hasta el presente, Pía ha conocido y se ha adentrado en más de 24 países. Cada destino, una cultura. Cada destino, una sociedad. Cada destino, una caja de pandora.

Pía Rocha – Fuente: Faceboock de Pía

El mundo en tus manos

Cámara en mano, convicciones sólidas y una fe a la altura de las circunstancias, le permitieron abrirse paso y convertirse en la tan preciada perla de esta época: una ciudadana del mundo.  Pía trabaja para una compañía norteamericana que se llama Image Photo Service, la cual genera redes de trabajo con diferentes compañías de cruceros, como Royal Caribeean, Celebrity y otras. «Yo tuve la suerte de empezar en Disney y sigo aquí», aclara.

Sí…¡Disney! Viento en popa, un crucero que avanza a paso firme haciendo felices a miles de personas a bordo. Una fantasía flotante. Un sueño compartido. Un sueño que Pía cumple hoy y cada día, desde que despierta hasta él último parpadeo; una tarea que no es fácil, cuando cada detalle merece ser vivido. «Siempre me ayuda a pensar en dónde estaba antes y, aunque no sea mucho, pensar en todo lo que logré y todos los lugares que conocí. Viajar quizás sería mi motivación constante», profundiza.

¿Vivir para viajar o viajar para vivir? El viaje resulta un tanto idílico, magnífico, mayúsculo y paradisíaco. Viajar suele relegarse a un sinónimo de vacaciones en estos tiempos donde prima la prisa.  Pero no acaba allí en este caso.  Pía trabaja viajando. Supo cómo adaptarse a un nuevo modus operandi, afín a las remotas civilizaciones nómadas, que sin pertenecer a un único lugar, iban de aquí para allá, enriqueciéndose a través de todas las geografías a su alrededor. «Lo cierto es que vivo en el mismo crucero y en realidad no me tengo que preocupar por nada, como la comida o por dónde dormir», asegura.

Pía Rocha – Fuente: Faceboock de Pía

«Lo mejor del trabajo es poder interactuar con los pasajeros. Como fotógrafa abordo estás todo el tiempo en contacto con ellos y aprendés muchísimo. A Disney vienen personas de todo el mundo, cada una con sus historias y lo más importante es que aprendes a ser más tolerante y a no criticar al otro», subraya Pía. Las historias, siempre las historias son eternas. Estamos de paso y solo nos llevamos con nosotros lo vivido. Pía se encarga de retratar eso en sus fotografías, siendo también la protagonista de los cuentos que eligió contarse a sí misma.

Cada kilómetro una enseñanza de vida

A la distancia y teniendo la referencia de muchos otros destinos bajo su haber, las raíces llaman. Es imposible no pensar-se aquí y luego allá, viajar del pasado al presente, saborear los sentimientos encontrados.

 «Creo que nosotros, Latinoamérica, seguimos creciendo y nos seguimos tropezando, pero en algún momento saldremos para adelante. En este año tuve la oportunidad de ir a México Canadá y USA en una misma semana, y se nota la diferencia. Solo por dar un ejemplo, en el barco había una pareja homosexual con su hija, y cuando estaban caminando por México, un grupo de hombres comienzan a silbarle y a decirles cosas en español, que ellos no entienden, y esto no lo vi en Canadá ni en USA», ejemplifica y agrega: «¡Ojo! No generalizo, seguro que situaciones similares pasan en todos países, pero en menor medida quizás».

En este sentido, me aclara que todas las culturas son diferentes y tienen excelentes cualidades a rescatar. «Los latinos somos muy pasionales y esta buenísimo, pero como dije antes nos falta aprender a tolerar más al otro, al que piensa distinto, al que tiene diferente cultura, al otro que vive al lado tuyo», enfatiza.

Caminante son tus huellas el camino

Todavía fresca y con mucho camino por delante, no permite que los planes a futuro la abrumen. Disfruta de el presente que eligió construir. Y he aquí el quid de la cuestión. Se trata de vibrar en frecuencia con nuestras creencias y sueños más profundos. Ser la energía que queremos atraer. Mentalizarnos y hacerlo realidad.

«Esto es súper trillado, pero, hay que trabajar por cumplir los sueños, aunque parezca imposible. Yo nunca imaginé que iba a encontrar este trabajo, incluso cuando mandé mi CV pensaba que era mentira. Ahora, hay muchas empresas que contratan personas de todo el mundo. En Disney hay tripulantes de Argentina, Indonesia, Japón y de otros países que son menos conocidos que el nuestro. Hay que buscar las oportunidades y no tener miedo.  Y, por supuesto, es indispensable el apoyo de tu familia, porque hay muchas cosas que tenés que sacrificar», analiza.

Cuando leo y escribo la realidad  de Pía – que tanta curiosidad despierta en mi y que espero lo haga con otros -, intento pensar en cómo la inspiración, la vocación y la creatividad pueden salvarnos, sacarnos de las penumbras y avivarnos. ¡Sí! darnos vida. Servirnos como empujón y no como palmadita de espalda; como una mano que viene bien y no un hombro dónde solo tirarse a llorar; como una certeza y no una promesa.

En eso recuerdo a Constantino Cavafis y su poema «Ítaca», que esta vez pongo a su disposición lector:

(…) Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca,
pide que el camino sea largo,
lleno de experiencias, lleno de conocimientos.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al encolerizado Poseidón no temas,
tales cosas en tu camino nunca las encontrarás,
si tu mirada permanece alta,
si una escogida emoción a tu alma y a tu cuerpo les guía.
A los Lestrígones y a los Cíclopes,
al fiero Poseidón no los encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si tu alma no los coloca delante de ti.
Desea que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que con cuánta satisfacción, con qué alegría
entrarás en puertos por primera vez vistos.
Haz un alto en los mercados fenicios,
y adquiere hermosas cosas, nácares y corales,
ámbares y ébanos, y sensuales perfumes de todas clases,
los más abundantes y sensuales perfumes que puedas.
Visita muchas ciudades egipcias,
aprende y aprende de los instruidos. 
Siempre en tu mente ten a Ítaca. 
La llegada allí es tu destino. 
Pero no precipites el viaje en absoluto.
Es mejor que muchos años dure.
Y que, ya anciano, arribes a la isla,
rico con cuanto obtuviste en el camino,
sin esperar que riquezas te dé Ítaca.
Ítaca te dio el hermoso viaje. 
Sin ella no hubieras emprendido el camino.
No puede darte nada más.
Aunque la encuentres pobre, Ítaca no te engañó.
Tan sabio como te has hecho, con tanta experiencia,
ahora ya habrás comprendido qué significan las Ítacas. (…)


El viaje es más importante que la meta. El propósito es el camino y sus matices. Pía es una mujer basta de aventuras y experiencias. Es el reflejo de muchos a los que conoció, los sabores que probó,  las tierras que transitó. Es el resultado de la culturas fusionándose como acuarelas. A veces, lo simple se naturaliza. Pía nos anima a volver a esos detalles. Ser nuestros propios aliados. Somos breves y por ese mismo motivo, vale la pena vivir en presente. Por ello, también deseo que encuentres tu propia Ítaca y  que ella te encuentre a vos.

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