SALTA (Redacción) – De la mano de la crisis económica y el impacto de la pandemia a corto y largo plazo, los balances están en rojo tanto como los bolsillos asfixiados. En este crítico marco, se conoció que las proyecciones para el 2021 no darán respiro. Precisamente, el proyecto del Presupuesto del año entrante, enviado al Congreso, prevé aumentos en los servicios públicos. De hecho, algunas empresas aseguran que la demanda está pagando un 40% de lo que sale generar la electricidad; el resto lo afronta el Estado.
“Es necesario tener niveles de tarifas de servicios públicos justos en términos distributivos y productivos, sostenibles y equitativos en materia fiscal; niveles alineados con un uso eficiente de los recursos no renovables que alienten un proceso de inversión alineado con las necesidades de crecimiento de la economía”, dice el mensaje del proyecto de Presupuesto 2021.
Será Martín Guzmán quien la semana próxima, defienda esta medida. Si bien el proyecto no hace especial alusión a cómo será el reacomodamiento tarifario en 2021, dejaron entrever que “las tarifas deben actualizarse de una manera que acompañe el crecimiento de los precios”. Y la inflación proyectada para el año próximo asciende al 29 por ciento. Saque sus conclusiones.
En diálogo con periodistas, el ministro dijo que se redefinirá el esquema de tarifas “buscando una transición ordenada». Es decir, buscarán alcanzar incentivos a la inversión y sustentabilidad fiscal. Además, dijo Guzmán, lo que pagan los hogares debe estar alineado con la situación económica y social. “Ese esquema para 2021 se va a estar informando más adelante. Hasta el 31 de diciembre no va a haber cambios”, remarcó.
Las empresas de energía temen por el empobrecimiento en la calidad del servicio
De acuerdo con el informe de julio de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), la ejecución acumulada a través de transferencias corrientes dirigidas al sector energético, que reúne la mayor parte del presupuesto vigente anual destinado a subsidios económicos, alcanzó $218.522 millones (84,9% del crédito anual). De esta manera, el congelamiento tarifario ya lleva 18 meses. Precisamente, las empresas ya tenían asumido que no habría cambios por lo menos hasta fin de año, menos aún en el actual contexto de pandemia.
Por otra parte, la Secretaría de Energía pasó a depender de Economía y todavía el nuevo titular del área, Darío Martínez, ni siquiera tiene oficializado el nombramiento “Da la sensación de que otra vez se lo vuelve a postergar al sector respecto del valor estratégico que tiene. Estamos muy cerca de colapsar y si no ingresa dinero, la calidad del servicio empeorará en el mediano plazo”, dijeron en una de las distribuidoras eléctricas.
En las empresas aseguran que los costos suben, al tiempo que acumulan la inflación de un año y medio. Por ello, tienen la expectativa de poder iniciar una renegociación del esquema tarifario con el Gobierno. En una de las empresas de servicios públicos afirmaron que el sector está muy complicado y que es un rubro en el que todos los años hay que invertir para mantener el servicio. Y si no ingresa dinero, la inversión baja, y se sentirá en el mediano y largo plazo, como ya ocurrió en el pasado.
Las distribuidoras también se suman a la incertidumbre económica
En el caso de las distribuidoras, no sólo no tuvieron actualización de tarifas, sino que sufrieron un crecimiento en la mora. Al principio de la cuarentena, se frenó el cobro porque las oficinas estaban cerradas. Si bien luego se normalizó y los usuarios comenzaron a abonar vía Internet o en los locales de pago, “también hubo que darles planes de pago a distintos clientes que estaban con inconvenientes, y lo mismo pasó con los comercios, lo cual agravó la situación”, dijo la fuente.
Cabe señañar que una de las firmas consultadas por un medio nacional, se animó a afirmar que sólo el segmento de la distribución requiere de un aumento del 60%, lo que implicaría un aumento del 20% para el usuario. Pero también debería agregarse el costo de la generación. En esta línea, un tercio de la factura de luz es el costo de la compra de la energía a CAMMESA; otro tercio es el valor agregado de la distribución y el otro, los impuestos.