SALTA (Redacción) – En las vísperas del Día Internacional de la Mujer, el Instituto de Estadísticas y Censos(INDEC) publicó un dossier donde detalla la realidad laboral de las mujeres en el país. Este documento contiene datos lamentables en comparación a la realidad de los hombres. Según explicaron, uno de los principales problemas tiene que ver con la diferencia de sueldo por realizar la misma actividad.
Tal como informó El Intransigente, el INDEC detalló la realidad de la mujer en el ambiente laboral y mostró datos lamentables. En relación a su «participación laboral» y la consecución de su «autonomía económica», el organismo estadístico reveló que a pesar de los avances desde 1996 todavía las mujeres participan menos en el mercado laboral que los varones. «8 de cada 10 varones participa en el mercado laboral, solo 5 de cada diez mujeres lo hacen», informaron.
Además, la participación de ellas en el mercado laboral no siempre presupone las mejores condiciones. «Las mujeres trabajan en el mercado laboral menos tiempo promedio que los varones», agregaron. Otro dato lamentable es que una de cada diez mujeres con nivel universitario está subocupada. Pero también señaló que dos de cada diez que no completó el secundario está en esa condición.
Con respecto a las que participan del ambiente laboral, la mayoría desarrolla tareas domésticas y tienen ingresos más bajos. El INDEC también detalló que acceden en menor medida que los varones a puestos de decisión y tienen ingresos inferiores. «Solo el 4% de las mujeres que trabajan ocupan cargos de dirección o jefatura», explicó. Y en relación al ingreso salarial, por cada cien pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 79.
Más detalles
El informe sobre la realidad laboral en Argentina también contiene datos positivos. Según detallaron, las mujeres tienen mayor participación en el sector de la salud. Sin embargo, por cada 100 pesos que gana en promedio un varón, una mujer gana 89. Para finalizar, el organismo indicó que «las mujeres siguen asumiendo la mayor parte del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, y este es el principal obstáculo a su participación laboral plena».
