SALTA (Redacción) –El Fondo Monetario Internacional y el Gobierno Nacional continúan con las negociaciones para reestructurar la deuda. Es por eso que mientras Argentina sigue pagando los intereses de la deuda religiosamente, Alberto Fernández reunió a los gobernadores para intentar dar un mensaje de confianza al FMI. Sin embargo, los especialistas coinciden en que estuvo lejos de eso.
Es que el presidente mostró un discurso endurecido y mucho más cercano a lo que pide el kirchnerismo duro, algo que aleja posiciones con el FMI. “Es muy grave el problema de la deuda externa de la Argentina, tanto con acreedores privados, como con el FMI, heredadas del gobierno de Cambiemos”, señaló ante la atenta mirada de los emisarios de las tres provincias radicales.
«La solución de la deuda es una política de Estado y, como tal, debemos asumirla. Nuestro planteo no es ver cómo el Gobierno de Alberto Fernández se saca el problema de encima, sino ver cómo Argentina encuentra los mejores caminos para alcanzar la mejor solución en une escenario muy complejo», planteó el mandatario.
Por otro lado, Alberto Fernández insistió en que el planteo del Gobierno Nacional es pagar la deuda una vez que el país tenga crecimiento genuino. “No es posible una deuda sustentable que se funde en razones de ajuste. Para nosotros ajustar es achicar la economía, dejar de crecer y hacer más difícil las obligaciones que tenemos con los acreedores externos”, remarcó.
“La palabra ajuste está desterrada en la discusión. Hemos logrado este año que el déficit primario sea menor, no como consecuencia de que dejamos de pagar jubilaciones o invertir en la educación, sino producto del crecimiento. Ese es el camino virtuoso que tenemos que seguir. Si resolver el problema de la deuda es que las sociedades se posterguen y dejan de crecer, esa no es una buena solución. Esa es la lógica central de nuestro planteo y así seguiremos negociando”, concluyó Alberto Fernández.