SALTA (Redacción) – Argentina viene atravesando casi una década de debacle económica y donde las Pequeñas y Medianas Empresas (PyMES) son las más afectadas en la mayoría de las veces. Es decir, entre la gestión anterior como la actual se lleva acumulada casi 45.000 empresas pequeñas que han bajado sus portones y cerrado. Patricia Bullrich salió al cruce del Gobierno actual pero se olvidó de cuantas acciones privadas quebraron cuando Mauricio Macri fue presidente.
La actual presidenta del PRO fustigó duramente contra el Gobierno de Alberto Fernández por las 20.000 PyMES que cerraron producto de la «cuarentena eterna«, ya que esta había durado muchos meses y, para algunos sectores, hasta un año. La cuestión es que entre medio de esta feroz crítica de Patricia Bullrich se olvidó que en el último Gobierno del cual formó parte habían cerrado un poco más de 25.000 empresas.
Patricia Bullrich se manifestó en su cuenta de twitter. «Argentina perdió más de 20.000 empresas por la cuarentena eterna, la crisis y la política anti empleo del gobierno (impuestos altos, burocracias y en algunos casos mafias sindicales). En un país empobrecido el objetivo es cuidar al que apuesta por el trabajo. ¡Ese es el camino!». El dato que se olvidó es que estas PyMES quebraron en contexto mundial y que en el resto del mundo la situación fue similar.
Es que si uno mira los datos oficiales compartidos por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), entre el año 2015 y 2019 (presidencia de Mauricio Macri) la cantidad de PyMES que habían cerrado fueron 24.537. Este desgarrador dato es de un contexto sin pandemia ni restricciones. El 91% de estas empresas contaban con menos de 10 trabajadores. Fueron varios los motivos que llevaron a la quiebra de las mismas, pero lo más destaco fueron la falta de financiación y una alta presión tributaria.
Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina, explicó que «el contexto macroeconómico de 2018 y 2019 fue muy adverso para las empresas. La inestabilidad cambiaria derivada del modelo económico sustentado en el negocio financiero fue un golpe en la línea de flotación de las empresas. Afectó a las pymes, naturalmente, pero también a las empresas grandes». De esta manera, vemos que la crítica de Bullrich obvio datos alarmantes de cuando fue funcionaria la última vez.