SALTA (Redacción) – Los turbulentos cambios que repercutieron abruptamente dentro del Frente de Todos y especialmente dentro del Ministerio de Economía pusieron al pie pata para arribas. Pero la llegada de Silvina Batakis pareció calmar un poco este torbellino y desde el Banco Central quieren dar un poco de tranquilidad en este contexto. Además, Miguel Pesce, su presidente, descartó un ajuste o una devaluación.
En este sentido, Pesce aclaró que el aumento del precio de las energías está afectando directamente en la capacidad de acumular reservas en el corto plaza. Estos problemas para el Banco Central repercuten abruptamente, sin embargo adelantó que estamos simplemente en un momento de transición. El presidente de la entidad bancaria aseguró que la creación del gasoducto Néstor Kirchner permitirá dar respuestas a estos problemas.
La entrevista que concedió para un periódico nacional abordó sobre los problemas que se generan por las restricciones externas y energética. Argentina atraviesa esta situación «desde mediados de la década del 50» y eso impide que el país crezca de manera sostenida. Según el presidente del Banco se viven momentos de cambio por el desarrollo de las exportaciones, el potencial de Vaca Muerta y de las energías renovables.
«El problema hoy es de infraestructura y la solución está en el gasoducto Néstor Kirchner. Ya se ha adjudicado la producción de caños y se han abierto los sobres para la obra civil. Así que eso se va a solucionar pero, mientras tanto, tenemos que importar energía», aclaró el funcionario. De este modo, Pesca resaltó muchos de nuestros problemas se ligan con el aumento del precio de las energías. Esta última creció un 200% y «tiene un momento especial por el consumo domiciliario de energía. Sobresalen los meses de junio, julio y parte de agosto, los meses de invierno».
Pesce desestimó un ajuste y una devaluación
«Estamos importando alrededor de 2.000 millones de dólares de energía al mes y el total de importaciones es de 8.000 millones. Si no tuviéramos que importar energía las importaciones estarían en el orden de los 6.000 millones, que es una cifra perfectamente manejable con este nivel de exportaciones», explicó por otro lado Pesce. Esto justamente es lo que termina repercutiendo en las reservas del Banco Central.
Al mismo tiempo, esto demuestra que «no es un problema estructural, sino un momento de transición. Necesitamos desarrollar la infraestructura para solucionar el problema energético», resaltó. «No creemos necesario un ajuste que contraiga la demanda agregada ni una devaluación violenta, con los efectos que tiene sobre la inflación y la pobreza en nuestro país», agregó el directivo del Banco.
«Lo que necesitamos es que los importadores financien parte del incremento de su importación este año. Esto permitirá atravesar esta circunstancia hasta que esté terminado el gasoducto, que va a ser la la solución definitiva al problema. En el corto plazo superaremos los meses de alto consumo de gas que son los meses de julio y las primeras semanas de agosto», concluyó Pesce.
