SALTA – (Redacción) Sin querer queriendo, las expresiones artísticas y culturales, que algunos valoran más o menos, son el remedio para disfrutar y aprovechar el tiempo puertas adentro. A través de ellas, salvamos el tiempo y hacemos uso de nuestra creatividad, imaginación y talentos. En esta oportunidad, se trata del dibujo y la ilustración, lenguajes que han permitido canalizar a través de imágenes un sentir y pensar global a cerca del Coronavirus.
Se trata del artista iraní Alireza Pakdel, quien a través de sus ilustraciones, le ha hablado al mundo. En una cuestión de horas, se ha convertido en tendencia y uno de los favoritos en las redes. Sus ilustraciones muestran el esfuerzo de los sanitarios junto a los bomberos, policías y militares unidos en el frente de batalla contra el Coronavirus.
La solidaridad es parte del paisaje
En algunos países como Argentina,la comunidad sale a las ventanas y balcones de sus casas para aplaudir, cantar y dar aliento al unísono. Los edificios cobran vida y tienen voz propia, con cientos de personas dando las gracias a quienes se levantan cada día, en busca de una pronta solución .
La solidaridad queda materializada todas las noches a las 21 horas. Esta vez, el compañerismo y la humildad, se reflejan en los contenidos de Alireza Pakdel, quien ha hecho de sus ilustraciones un espejo donde encontrarnos en el presente. Cada imagen es un testimonio poético, amable y esperanzador de esta lucha para evitar la propagación del nuevo coronavirus.
El arte, un espejo de nuestra realidad
Ilustrador, dibujante y caricaturista, reconocido y premiado alrededor del mundo, ha puesto su empatía y talento al servicio de un mensaje; un mensaje que nos interpela y nos iguala: la esperanza es lo último que se pierde. Los personajes representan por ejemplo, a enfermeros y médicos, codo a codo, tratando de parar las agujas de un reloj,a la espera de la tan ansiada vacuna; otros rompiendo las esposas con forma de coronavirus que atan las muñecas de la humanidad; algunos haciendo de puente para poder trasladar a otros pacientes; a la muerte poniendo en jaque contra una pared a un cuerpo de trabajadores de la salud, etcétera.
Cada viñeta es una pausa para ver y reflexionar; comprender y asimilar. A través de la práctica artística, Alireza nos anima a enfrentar lo que nos acontece desde una perspectiva más astuta e ingeniosa. Ilustraciones que si bien nos pone la piel de gallina, también nos llena de ilusión. Su propuesta es una invitación para hacer del Coronavirus una historia nunca antes vista. Pero no por su fatalidad, sino porque en ella supo coincidir la ciencia, la cultura y la sociedad en una premisa: amar por sobre todas las cosas.