CENTRAL NORTE

Central Norte derrotó a Juventud Antoniana y se quedó con un clásico inolvidable

El Azabache se impuso por la mínima diferencia ante el Santo en una jornada histórica.

Central Norte

SALTA (Redacción) – Central Norte y Juventud Antoniana se vieron las caras por primera vez en un partido oficial luego de la peregrinación del Santo por el Torneo Regional Amateur. El clásico fue histórico y terminó siendo para el Azabache en un partido inolvidable que fue uno de los grandes atractivos de la jornada en el torneo Federal A.

Fue 1-0 para Central Norte que celebró con algarabía junto a los fanáticos del Cuervo que se acercaron al estadio Padre Martearena a celebrar. El trabajado triunfo del equipo dirigido por Ezequiel Medrán le permite ser uno de los animadores de la zona norte del torneo y soñar con el ascenso a la Primera Nacional.

Pese a las diferencias en la tabla de posiciones, el comienzo del partido fue sumamente parejo. Juventud Antoniana no se dejaba avasallar e intentaba imponer condiciones en el juego. Sin embargo, todo se fue por la borda cuando promediaba el primer tiempo. Es que un centro de Hernán Rosales habilitó a Pablo Calderón que se encargó de poner el 1-0 que sería irremontable.

Tras el gol, el monopolio de la pelota fue para Central Norte. El combinado dirigido por Ezequiel Medrán se hizo dueño de la mitad de la cancha pero no pudo transformar esa superioridad en chances claras. Incluso, Juventud Antoniana pudo igualar en dos jugadas donde falló en la definición. Ya en el complemento, Central Norte volvió a imponer condiciones y no pasó sobresaltos. Incluso, pudo ampliar el marcador pero entre Gonzalo Gómez y los palos se lo evitaron.

Presentes dispares

De esta manera, el Cuervo se impuso por la mínima diferencia y se convirtió en el escolta del líder, Racing de Cordoba. Juventud Antoniana, por su parte, sigue desmoronandose. La derrota en el gran clásico salteño lo hizo descender hasta la duodécima posición. Acumula cuatro partidos sin victorias, con tres derrotas y un empate, y la continuidad de Martín Martos pende de un hilo.

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