Europa es uno de los continentes que más sufrió ante la expansión del Coronavirus en el mundo. El primer ejemplo que aparece rápidamente es el de Italia, el país que más casos y fallecimientos experimenta hasta el momento por la enfermedad. En otra región, Francia cuenta con 44550 infectados, 3024 murieron y 7226 pudieron recuperarse. Allí, el jugador de fútbol de nacionalidad argentina, Ángel Di María, se encuentra habitando la ciudad de París.
El «Fideo» brindó declaraciones hacia el programa «PH: Podemos Hablar» desde la videollamada en donde contó cómo experimenta tanto él como su familia compuesta por su esposa Jorgelina Cardoso y sus dos hijas Mía y pía. Recordemos que el plantel de París Saint Germain tenía libertad de moverse hacia las localidades que quisieran, siempre y cuando tomen los recaudos necesarios de seguridad e higiene para prevenir la pandemia. Mauro Icardi representa un ejemplo de ellos.
El extremo derecho del club parisino comenzó detallando el estilo de vida que lleva a cabo. “Es algo loco todo lo que estamos viviendo. No lo estamos pasando muy bien, estamos aislados, ya hace 14 días que estamos adentro. Desde que el presidente de Francia inició la cuarentena llevamos ese tiempo y nosotros dos días más porque el club ya nos había pedido que nos quedemos adentro”, indicó.
Ángel Di María y los temores que posee
Posteriormente, quien vistió las camisetas de Real Madrid y Manchester United, entre otros, dijo qué le preocupa de esta enfermedad. “Hemos salido solo una vez para ir al súper y vinimos directamente a casa. Voy mucho al súper. Gracias a Dios acá tengo una vida muy normal, la gente es muy respetuosa, puedo salir y lo hago continuamente. Pero por esto fue mi mujer el otro día, volvió, se sacó toda la ropa en la puerta y se fue directo a bañar. Todo un poco asusta. Al tener dos hijas muy chicas, la situación que uno mira por la tele o escucha, te da mucho miedo”, expresó.
Por último, Ángel Di María narró de qué manera se contacta con allegados suyos que viven en Argentina, algo que destaca pese a lo malo de no poder verlos en persona. “Es muy difícil. Tengo a mis papás, que no son tan grandes, pero no están acostumbrados a esto. Uno se preocupa mucho, pero hoy gracias a la tecnología hacemos videollamadas constantemente con mis hijas y eso te hace estar más cerca”, manifestó.