Durante la semana, Pampita les anunció a sus contactos que la seguridad de su teléfono había sido vulnerada. Algunos desconfiaron de la versión de la modelo. Sin embargo, Ángel de Brito vivió en carne propia las consecuencias del delito informático sufrido por Carolina Ardohain. En primera instancia, el periodista no le dio importancia al llamado de un número que no tenía agendado. Pero luego, los mensajes comenzaron a llegar al teléfono del conductor de Los Ángeles de la mañana.
Los mismos llevaron a amenazas y extorsiones. «Te vamos a hacer lo mismo que le hicimos a Pampita», aseguraba una de las intimidaciones que recibió Ángel. La obvia reacción del respetado trabajador de los medios fue bloquear el número. Pero los mensajes siguieron llegando desde otro celular con extorsiones aún más subidas de tono. “Tenes dos minutos para cumplir”, le avisaban. “Ahora tenés un minuto. Se te agota el tiempo…”.
Atento a que la situación no era para nada normal, Ángel de Brito decidió comunicarse con su abogado Martín Leguizamón, quien prepara una denuncia al respecto. “Como hackearon el usuario de WhastApp de Pampita Ardohain, creemos que usaron sus contactos para molestar al grupo de trabajo de su programa. Pero luego usaron otros teléfonos que ella tiene agendados. Así habrían llegado a Ángel”, consideró Leguizamón, ante la consulta de Teleshow.
“Él estaba muy preocupado: aunque no parecían graves, eran amenazas al fin. Y lo mejor que puede hacerse en una situación así es presentar una denuncia. Estas prácticas delictivas deben terminar”, aseguró con firmeza el letrado. Por consejo del mismo, De Brito recibió algunos mensajes más para tener pruebas a la hora de presentar el caso. El periodista se llegó a Twitter para agradecer la rápida acción de su abogado y de Gustavo Sain, director nacional de Ciberseguridad.
Ni bien publicó el mencionado tuit, los llamados y hostigamientos se detuvieron. “Ya pudimos identificar los teléfonos desde los que se hicieron las amenazas», afirmó Leguizamón. «La gente suele pensar que estas causas concluyen en nada, pero no es así. En otros casos similares que recibimos en el estudio, con Fernando Burlando, hemos llegado a la IP y a la persona que efectuaba las amenazas. Por eso, estoy seguro de que terminaremos identificando a la persona que cometió este accionar delictivo”.