La cuarentena alejó a varias parejas y Noelia Marzol no fue la excepción. Después de estar casi un año con su novio Ramiro Arias, la bailarina y el futbolista eligieron seguir sus caminos de manera separada. Sin embargo, los mencionados hicieron el estilo Marcelo Tinelli y Guillermina Valdés (salvando las correspondientes distancias) y formalizaron la reconciliación después de casi un mes y poco más de ruptura.
Lo cierto es que la última foto que posteó la exintegrante de «Minuto para ganar» generó la confirmación de la vuelta al amor de ambos. Es por ello que la actriz explicó en «Primicias Ya» cómo es su relación actualmente. «Estamos muy bien. Pero todavía vivimos en casas separadas. Hizo un gran trabajo de reconquista, pero todavía está a prueba. Volvió de Rojas. Hablamos mucho. El está intentando acomodarse. Estaba muy desorganizado y teníamos muchos roces», aseguró.
Posteriormente, Noelia Marzol fue precavida y no quiso afirmar de lleno lo que es la vuelta de su romance con Ramiro Arias. «Veremos qué pasa. Estamos juntos pero no quiero apurarme hasta estar segura de que realmente podemos estar juntos y bien. Solos como cualquier pareja. Necesitamos el tiempo que cualquier persona necesitaría para afianzar nuevamente la relación», indicó.
¿Qué es lo que supo llevar a la separación de la pareja?
Hace casi dos semanas, en diálogo con «Implacables» programa de Canal 9, la modelo comentó cuál es la actual situación de ambos en cuanto a lo marital. «En realidad, no sé si nos separamos. Nos tomamos un tiempo, estamos distanciados», sostuvo. Pero luego sorprendió con la siguiente revelación acerca del actual jugador de Quilmes. «Le pedí encarecidamente que se fuera de casa unos días para poder recapacitar, para acomodarnos en esta cuarentena… Es difícil la convivencia tan intensa. Él se quedó sin fútbol y no sabemos cuándo vuelve, eso lo estaba afectando y a mí… ¡Me la estaba quemando, chicos!», disparó entre risas.
Después, Noelia Marzol supo dejar bien en claro por qué la relación que llevó a cabo con Ramiro Arias tuvo su quiebre. «Nos estábamos matando por pavadas: quién lava los platos, quién se baña primero… No era sano, yo estaba trabajando desde casa. Y es muy intenso estar tres días por semana grabando, acomodando las luces y llevando cosas de acá para allá. Y nada, no era sano para ninguno de los dos», manifestó.