ESPECTÁCULOS

Violencia de género: Andrea Taboada relató en vivo su historia

La cruda historia de la periodista.

Hace pocos minutos en «Los Ángeles de la Mañana» tocaron el tema de las famosas que reclamaron justicia por el femicidio de Úrsula Bahillo. En este contexto, Mariana Brey indagó a Andrea Taboada sobre un tema bastante delicado. Taboada se encuentra reemplazando a Ángel de Brito pero por un momento tuvo que dejar de lado la conducción para relatar su cruda historia relacionada con la violencia de género.

En este sentido, Brey expresó: «Te quería preguntar sin ánimos de incomodarte porque se que alguna mención haz hecho públicamente, ¿a vos te ha tocado en algún momento de tu vida atravesar un vínculo tóxico? Por suerte no llegaste a la instancia de Úrsula». A lo que la conductora reemplazante asintió y agregó: «Por suerte tuve alarmas» y luego pasó a relatar la triste experiencia.

«Todo comenzó con muchos celos, revisar celular, revisar agenda. Sospechar a dónde iba a trabajar, sospechaba que si iba a una radio iba a otra», comenzó narrando. Pero también contó cómo vivió ella esos comienzos: «Al principio yo no me daba cuenta, no tenía como la alarma de que no estaba bueno lo que me estaba sucediendo. Porque lo estaba como naturalizando ‘bueno, tiene celos'».

Hasta que manifestó el momento en el cual se dio cuenta de la gravedad de la situación: «Me escondió las llaves, me dejó encerrada. Ahí me di cuenta que eso no estaba bien». A lo que Floppy Tesouro añadió: «Es un celo enfermizo». En ese sentido, Maite Peñoñori dijo: «Qué importante es tener un círculo de contención. Me parece lo más importante. Un círculo de amigas, de familia que pueda contenerte en ese momento».

Entonces Brey nuevamente tomó la palabra y puso en debate: «¿Cómo haces para salir de esa situación? Cuando intentas hacerlo, el otro siempre tiene una estrategia que supera esa posibilidad de salida». Respecto a eso, Andrea pasó a narrar el momento más violento de la relación: «Yo estaba parada de espaldas a la pared, me quiso pegar pero al puño por suerte lo esquivé. Él estaba desbordado».

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