SALTA (Redacción) – En Chile, una legislación impulsada por la diputada Camila Vallejo del Partido Comunista podría cambiarles la vida a los trabajadores locales. En un contexto laboral como el que se atraviesa en el país andino -de baja producción- quizás sería favorable tanto para el empleador como el empleado. En este sentido, la posibilidad de tener menos trabajo, desencadenaría en una cuota mayor de tiempo destinada a la familia y la diversión. Aunque también se genera la siguiente pregunta: ¿Podría ser una amenaza para el bolsillo?
En este sentido, el extensivo documento presentado por la legisladora chilena, presenta entre sus líneas: “La jornada laboral de un máximo de 45 horas no permite a los trabajadores desarrollar una vida familiar o disponer de tiempo libre para educarse o entretenerse”. Vallejo es actualmente una de las figuras de la lucha estudiantil por una educación pública. La presente discusión cuenta con un elevado respaldo de los ciudadanos y según los sondeos recientes, el 70% está a favor de la moción.
Un cambio en la agenda del Gobierno
Por otra parte, es importante mencionar que la agenda laboral del Gobierno presidido por el presidente, Sebastián Piñera (conservador), se ha centrado en elaborar una reforma a los pensionados por el Estado nacional. No obstante, la propuesta elevada por Vallejo obligó a que modifique sus prioridades iniciales. En tanto, la iniciativa fue aprobada por la Comisión de Trabajo y en octubre será discutida en la sala del Congreso, donde el máximo mandatario local no cuenta con la mayoría parlamentaria.
Además, en oposición al proyecto, quien se expresó fue el ministro de Trabajo, Nicolás Monckeber. El funcionario local sostuvo al respecto: “En los países que se instauraron reformas que reducían la jornada laboral a 40 horas, ya venían experimentando aumentos significativos en su productividad”. Actualmente Chile tiene uno de los niveles más bajos de productividad laboral y es el segundo país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), detrás de México, con la peor estadística en este aspecto.
De la misma manera, otra de las problemáticas actuales que presenta el territorio andino refiere a la inestabilidad de su mercado laboral, el cual está en un proceso de transformación. Como consecuencia de la destrucción de miles de empleos, con motivo de la llegada de la automatización. En este contexto, los opositores a la propuesta de la exdirigente estudiantil consideran que se da en un mal momento. En tanto, el Gobierno de Piñera planteó una segunda opción. La idea sería reducir la jornada, pero de manera gradual.
La postura de la oposición
Otra de las voces que se expresó sobre este tema fue la del académico de la Universidad Diego Portales, Alfredo Barriga. El economista señaló: “Me parece una discusión anacrónica, inconducente y totalmente fuera de contexto. Lo que deberíamos hacer en Chile es estar preocupados en el entrenamiento de habilidades y competencias del siglo XXI para los actuales trabajadores”. Y también añadió: “No sabemos cuáles van a ser las condiciones de la jornada laboral en 10 años más; entonces para qué ponernos a hacer ahora leyes que pueden quedar obsoletas en 5 o 6 años”.
De tal modo que, uno de los argumentos para no permitir la modificación supone que realmente la cantidad de horas disminuiría a 35 o 37,5 horas semanales. Como consecuencia de los tiempos que tienen los trabajadores para comer, que por lo general es de una hora. La semana laboral chilena de por sí ya es inferior a la de países como Argentina o Brasil, que tienen 48 horas. No obstante, los datos de la OCDE muestran que en promedio un empleado chileno es uno de los que más trabaja anualmente: 1.954 horas.
