SALTA (Redacción) – Hoy se dio la inauguración de la Cumbre del Clima (COP25) en Madrid, en lo que representaría un paso muy importante en torno a la problemática global. Allí 50 jefes de Estado y representantes de las principales organizaciones internacionales deberán ponerse de acuerdo y sentar las bases para lo que viene. La crisis climática y cómo abordarla es determinante para el futuro del planeta.
Sesiones entre Gobierno sobre el futuro del planeta
Se trata de un evento donde las principales potencias del mundo y las naciones desarrolladas deben consensuar criterios e intereses tanto técnicos como científicos y económico. Realizaran sesiones plenarias en las que participan delegaciones oficiales de casi 200 países. Sin embargo, Estados Unidos, por decisión del presidente Donald Trump, fue uno de los primeros países en oponerse a acuerdos conjuntos sobre el clima.
En tanto, de la ceremonia de apertura de la 25 Conferencia de las Partes del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático participaron el secretario general de la ONU, António Guterres, el presidente en funciones del Gobierno español, Pedro Sánchez, la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la ministra chilena de Medio Ambiente y presidenta de la cumbre, Carolina Schmidt.
«Los niveles del mar son los más altos en la historia humana»
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó ayer a todos los países “a dar el salto a una nueva era de acción climática, porque el punto de no retorno está a la vista, se nos echa encima”. Lo expresó en una conferencia previa al arranque oficial de la cumbre, donde lamentó: «Los últimos cinco años han sido los más calurosos jamás registrados. Los niveles del mar son los más altos en la historia humana».
Cabe recordar que en un principio, Brasil era el encargado de organizar la histórica cumbre, pero el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, renunció a este compromiso. En ese momento, el Jefe de Estado de Chile, Sebastián Piñera, decidió liderar la COP-25. Sin embargo, el marco de crisis social en el que se encuentra el país andino, no dio permiso a que la cumbre pudiese desarrollarse en Santiago.
