El Papa Francisco pidió hoy orar para que los científicos y gobernantes estén «siempre en favor del pueblo» con las decisiones que toman en el marco de la búsqueda de una solución a la pandemia de coronavirus. En ese marco, el Santo Padre exhortó a priorizar la vida y no «el dios dinero». Luego, planteó: «Incluso hoy, ante el próximo, esperemos que pronto, fin de esta pandemia, hay la misma opción: nuestra apuesta será por la vida».
«Oremos por los que han comenzado a estudiar el camino de salida»
Durante la misa que encabezó en su residencia de Casa Santa Marta, el Sumo Pontífice expresó: «Oremos hoy por los gobernantes, los científicos, los políticos, que han comenzado a estudiar el camino de salida, la post-pandemia, este después que ya ha comenzado». En este mismo sentido, Jorge Bergoglio agregó que la oración hacia ellos debe ser: «Para que encuentren el camino correcto, siempre en favor de la gente, siempre en favor del pueblo».
Por otra parte, durante la homilía, el líder de la Iglesia Católica planteó que «incluso hoy, ante el próximo, esperemos que pronto, próximo fin de esta pandemia, hay la misma opción: o nuestra apuesta será por la vida, por la resurrección del pueblo o será por el dios dinero». De esta manera, pidió que no se deba «volver a la tumba del hambre, la esclavitud, las guerras, las fábricas de armas, los niños sin educación… ahí está la tumba».
El pedido de remuneración universal
Como bien apuntó El Intransigente, Francisco publicó ayer una carta destinada a los movimientos populares del mundo. Allí pidió una remuneración universal para los trabajadores informales. “Ustedes, trabajadores precarios e independientes, del sector informal o de la economía popular, no tienen un salario estable para resistir este momento … y la cuarentena es insoportable. Quizás ha llegado el momento de pensar en una forma de remuneración universal”, exclamó .
En tanto, el Sumo Pontífice deslizó que dicha medida debe reconocer “la dignidad a las tareas nobles e irreemplazables que llevan a cabo; un salario que puede garantizar y cumplir esa consigna tan humana y cristiana: ningún trabajador sin derechos”. “Ustedes son para mí verdaderos ‘poetas sociales’, que desde los suburbios olvidados crean soluciones dignas para los problemas más candentes de los excluidos”, describió en la misiva publicada en el periódico de la Conferencia episcopal Italiana.