SALTA (Redacción) – En una nueva misa, Papa Francisco expresó un discurso en contra de populismo y el uso de los sectores populares. Criticó la guerra entre Rusia y Ucrania, la cual está generando efectos nocivos no sólo sobre la población civil sino también hacia el medio ambiente. En la Basílica de San Pedro dio una ceremonia por la VI Jornada Mundial de los Pobres.
«No nos dejemos seducir por los cantos de sirena del populismo, que instrumentaliza las necesidades del pueblo proponiendo soluciones demasiado fáciles y apresuradas. No sigamos a los falsos ´mesías´ que, en nombre del beneficio, proclaman recetas útiles sólo para aumentar la riqueza de unos pocos, condenando a los pobres a la marginación», recriminó el Papa Francisco.
Tras finalizar el encuentro religioso, el Santo Padre invitó a un convite en el Aula Pablo VI del Vaticano a más de 1.300 personas necesitadas. Francisco pidió «construir un mundo más fraterno». Para eso hay que empezar a romper «esa sordera interior que nos impide escuchar el grito sofocado de dolor de los más débiles». Así el Papa volvió a hacer un discurso en el cual llamó a la paz y dejar de lado la violencia.
«Vivimos en sociedades heridas y asistimos a escenarios de violencia, injusticia y persecución. Además, debemos afrontar la crisis generada por el cambio climático y la pandemia, que ha dejado tras de sí un rastro de malestares no sólo físicos, sino también psicológicos, económicos y sociales», analizó al mismo tiempo Francisco. Dio la misa sentado nuevamente ya que continúa con los dolores en la rodilla.
El Papa repudió los efectos de la guerra en Ucrania
El conflicto entre Rusia y Ucrania no da tregua desde su inicio y el Papa Francisco es alguien que promovió la paz desde el primer día. «La desgracia de la guerra provoca la muerte de tantos inocentes y multiplica el veneno del odio». A este pesar se agregan también las personas que «emigran en busca de esperanza» y aquellos que «viven en la precariedad por la falta de empleo a causa de condiciones laborales injustas e indignas».
«Y también hoy los pobres son las víctimas más penalizadas de cada crisis, pero si nuestro corazón permanece adormecido e insensible, no logramos escuchar su débil grito de dolor llorar con ellos y por ellos, ver cuánta soledad y angustia se esconden también en los rincones más olvidados de nuestras ciudades, donde hay tanta miseria y dolor», concluyó Francisco.