SALTA (Redacción) – Dicen que la oportunidad hace al ladrón, mientras que el conflicto, en cualquiera de sus estados, hace “buitre” o “carancho” al hombre del Derecho, sobre todo cuando de por medio se puede sacar una buena “tajada”. Y esto, en tiempo de crisis, no es nada despreciable frente a la escasez que también alcanzó a los numerosos estudios jurídicos de esta ciudad, muchos de los cuales ya no son visitados como en otras épocas.
Por ello, cualquier conflicto o disputa puede convertirse en una excelente oportunidad de hacer dinero. Así, al menos, lo pensó un abogado de esta ciudad, de unos 40 años, quien el 31 de mayo pasado, alrededor de las 20, se topó con dos mujeres que en la calle Sarmiento al 1000, frente a un conocido local de venta de sándwich, mantenía una fuerte disputa en plena calle, al parecer, por una cuestión vial, pues a pocos metros habían dos vehículos estacionados.
La acalorada discusión llamó la atención del abogado, quien lejos de intervenir para traer paz y calmar, alentó la disputa a la vez que se frotaba las manos, pues pensaba en los jugosos honorarios que podría cobrar una vez que el enfrentamiento concluya, pues ambas damas daban evidencias, tanto por su atuendo como por la marca de sus automóviles, de ser lo suficientemente adineradas para contratar los servicios del letrado.
Pero no todo iba a ser así de sencillo para este hombre de Derecho, pues los gritos y ademanes de las dos conductoras alertó a los empleados del local de comida, entre ellas algunas mujeres, quienes salieron a la vereda y al ver lo que sucedía no se quedaron con los brazos cruzados, sino que se acercaron para intervenir y separar a las dos mujeres, quienes no paraban de lanzarse todo tipo de insultos.
Cuando la escena ya parecía más tranquila, el abogado decidió entrar en acción y con su teléfono celular comenzó a filmar los improperios que aún intercambiaban las dos conductoras, hecho que llamó la atención de los empleados y exasperó por el accionar de este hombre, quien parecía más un “movilero” de Crónica TV que un ocasional transeúnte, lo cual, obviamente, llamó la atención de los empleados, uno de los cuales se acercó para pedirles ciertas explicaciones, pues los trabajadores creyeron que podía tener relación con algunas de las mujeres.
Violenta reacción
El hecho, según surge de las denuncias radicadas tanto por el propio letrado como por dos empleados del local de comida, quienes apuntaron contra el abogado como un oportunista que apareció con su teléfono celular para filmar en busca de utilizar luego las imágenes para alguna demanda, lo que fue rechazado por los denunciantes y precisamente por esta razón decidieron indagar al extraño por su presencia en el lugar.
Las denuncias, a las que este medio tuvo acceso, revelan que ante las preguntas de dos de los empleados, un hombre y una mujer, sobre por qué filmaba, el letrado extrajo de su bolsillo un aerosol de gas pimienta y tras apuntar con el mismo a los dos empleados, accionó el mismo y con ello provocó que ambos trabajadores sufrieran fuertes dolores y ardor en los ojos, circunstancias que fue aprovechada por el abogado para escapar.
La fuga, sin embargo, no duró mucho ni terminó de concretarse, pues otro empleado, con relación de parentesco con la mujer atacada, salió por detrás del letrado, a quien lo alcanzó en la playa de estacionamiento del supermercado Vea, donde lo redujo a golpes. Sus compañeros, en tanto, se acercaron y le pidieron que dejara de golpearlo, pues ya habían llamado a la policía para que se lo lleve detenido.
Ante ello, el empleado cedió en su represalia y esto, lejos de ser asimilado con calma por el abogado, éste volvió a atacar con el aerosol a sus captores, a quienes comenzó a denigrar, quienes en sus denuncias sostuvieron que el agresor sacó su credencial de letrado y les gritaba: “negro de mier…, yo soy abogado. Los voy a hacer bosta. Ya van a ver toda la ciudad judicial les va a caer encima”.
En esos momentos, según las denuncias radicadas luego en la comisaría Primera, al lugar se hicieron presente personal de Tránsito, los que tras restablecer el orden trasladó a todos los protagonistas a la dependencia policial, donde cada uno radicó las denuncias correspondientes. A su vez, los, empleados fueron trasladados al hospital a fin de ser asistidos por los efectos del gas pimientas que le aplicaron en el rostro. El abogado, en tanto, adujo también haber resultado con lesiones por los golpes recibidos por los empleados, quienes también lo amenazaron.
En una de los denuncias, de uno de los empleados, el mismo aseguró que tras reducir al abogado que comenzó con la agresión con el gas pimienta, una patrulla de la policía se hizo presente, a quienes los empleados le relataron todo lo sucedido con el letrado, a la vez que le pidieron que le secuestre el aerosol, pero, según el denunciante, los policías se negaron y adujo que se trataba de un elementos de defensa.
Cambio de roles
Lo más llamativo de este episodio, según surge de las denuncias, es que las dos conductoras que en el inicio eran el centro de atención, tanto del abogado como de los empleados que salieron para intervenir, terminaron por convertirse en testigos de lo que se transformó en el verdadero incidente: la gresca del abogado con los empleados del local de comidas, quienes terminaron en la comisaría, cada uno con una versión distinta de lo sucedido.
El caso, ahora, se encuentra en manos de la fiscalía penal 2, la cual deberán iniciar una investigación a fin de determinar qué fue lo que sucedió, y luego de ello establecer las responsabilidades penales que le podrían caber a los protagonistas de este incidente. La disputa de las dos conductoras, en tanto, quedó en segundo plano, sin que ello tenga ya interés en la causa, pues el letrado se terminó por convertirse en el eje de atención.
