SALTA (Redacción) – Luego del caso de la maestra, Rosa Sulca, en el que la misma mujer llamó para pedir auxilio a la Policía de Salta y luego fue encontrada muerta en su domicilio, los ojos se pusieron sobre el funcionamiento del Sistema de Emergencias 911. En esta oportunidad, una familia de la zona este de la Capital salteña, denuncia que llamaron el domingo pidiendo intervención a la misma línea de comunicación, debido a que un joven estaba convulsionando. El domicilio desde el que se llamó, se encuentra ubicado a 50 metros de la comisaría de barrio Autódromo, pero recibieron una respuesta negativa a su llamado de auxilio.
La desesperante situación por la que atravesó esta familia, que afortunadamente no lamentó la muerte de uno de sus miembros, despertó polémica por el accionar del Sistema de Emergencias, nuevamente. Cerca las 13 del domingo, un joven convulsionó en su domicilio, junto a su hija de dos años y la madre de la pequeña. La mujer llamó al 911 y entre las consultas que le hicieron desde el call center, fue si el paciente había consumido bebidas alcohólicas. Como ella respondió que si, aclarando que fue la noche anterior, la derivaron al SAMEC, organismo que tampoco le dio una respuesta y le dejaron en claro que no iban a mandar una ambulancia. Ante la desesperación de la mujer, llamó a familiares que viven cerca, quienes con ayuda de vecinos trataron de reanimar al paciente y bajarlo del primer piso donde se encontraba todavía inconsciente.
Ante la situación en la que no había reacción por parte del joven que atravesaba este cuadro convulsivo, algo que ya le había ocurrido años atrás, según pudo saber este medio, otra familiar llamó nuevamente al 911, quien entre el llanto de la menor por lo que ocurría y la desesperación por conseguir ayuda, trató de dar nuevamente el domicilio y fue derivada con personal del SAMEC. Ahí, quien la atendió le aseguró que ya tenían un llamado alertando sobre la misma situación, pero que «como el joven había consumido alcohol, la ambulancia no iba a ir, pero si el personal policial de la zona».
Por la falta de respuesta de los organismos de asistencia y la impotencia, lograron trasladar al muchacho al centro de salud de barrio Autódromo, que queda a menos de 50 métros del domicilio donde sucedió el episodio, lugar en el que no había médicos, pero si una enfermera que solo tomó su presión, temperatura y lo despachó a su casa nuevamente, recomendando que al día siguiente, asistiera a ver a un galeno.
Los familiares, al ver que el joven seguía perdido producto de la convulsión, decidieron llevarlo por sus propios medios al hospital San Bernardo, lugar en el que tras un par de horas de espera, fue atendido por un médico clínico y un neurólogo. El especialista dijo que, aparentemente, se trataría de un cuadro de epilepsia, por lo que requirió estudios más profundos.
Finalmente, la Policía nunca llegó, la ambulancia tampoco y ante lo ocurrido, su familia expuso el momento que atravesaron, para hacer un llamado de atención, ya que «si hubiera pasado algo más grave, la vida de un ser querido no se puede devolver». Lo curioso del caso, es que semanas atrás, en la misma zona de la ciudad de Salta, un llamado de auxilio que «no fue atendido» terminó con una mujer muerta por 17 puñaladas y golpes en el cuerpo.