SALTA (Redacción) – La situación epidemiológica en la provincia se complica con el pasar de los días, con una tasa de letalidad que alcanza niveles impensados, dejando a su paso personas contagiadas y muertos. Entre ellos, se encuentra personal de salud y efectivos policiales. Estos últimos fueron motivo de cruces entre familiares y autoridades por la desatención y abandono que recibieron los policías en el último tiempo.
En una entrevista brindada a FM Profesional 89.9, el Ministro de Seguridad, Juan Manuel Pulleiro, admitió que en Salta hay 800 policías aislados y nueve fallecidos. Ante ello, las familias pidieron que tanto él como la Jefa de la Policía, la comisario Norma Morales, den un paso al costado de sus cargos. Los familiares, consideran que han abandonado a los policías en el marco de la pandemia.
Por su parte, Pulleiro sostuvo que entiende el deshago de la gente y que traten de buscar culpables, pero hacemos todo lo humanamente posible”. Asimismo adelantó que luego de haberse reunido con Gisel Burgos, hija del fallecido comisario Claudio Burgos, en los próximos días recibirá a la esposa del mismo. Sin embargo, detrás de estas declaraciones un sinfín de irregularidades se abren paso.
La voz de los familiares
En diálogo con Salta 4400, Gisel, la hija del comisario Burgos, dio cuenta de ello. “Con respecto al abandono de policía hice hincapié desde el día que falleció mi padre, yo viví el abandono de la institución policial y fue constante con los consiguientes que fueron muriendo”, advirtió. Si bien reconoció que tuvo una reunión con el ministro, no parece haber surtido efecto.
“Yo le dije que mantenía mi postura. En 8 meses de gestión yo no vi nada en beneficio al policía, como tampoco vi que se haya hecho algo para ayudarlos a superar esta situación que estamos viviendo. El ministro no me dijo nada, solo me pidió que trabajáramos juntos en donde yo le pueda coordinar cuáles son las personas que iban teniendo este tipo de situaciones en donde se estaban complicando”, reveló.
Sin embargo, Gisel cumplió con su palabra, no así el ministro. Al menos, eso indican los hechos. “Me empezaron a escribir personas con personal policial internado y necesitaban plasma. Todo esto se lo planteaba y se lo reenviaba al ministro y le decía que trate de ver en ayudar, en que se agilice el tema plasma. Las familias me respondían que no las llamaban, que no tenían soluciones y que el ministro no se comunicaba y por eso se sentían abandonados”, aseguró.
Amenazas, intimidación y trabas
Los tantos empeoraron con el pasar de los días. Gisel explicó que recibió un mensaje de intimidación el día martes. “Me dijeron que tenga cuidado porque yo tengo a mi hermano policía y a mis hermanas en las escuelas de cadetes, podría ser que una de ellas no se reciba”, arremetió. “Después de esto pensaron que yo me iba a quedar callada y no lo hice”, agregó.
En este contexto, contó que trabajan con la Dra. Salinas que lo hace de corazón. “Ella ya venía trabajando desde un comienzo, asistiendo a los policías con el tema de certificados médicos, pedidos de hisopados o les hacía seguimiento clínico a los que estaban en domicilio”, explicó. Si bien la doctora le supo brindar asistencia a dos mil efectivos policiales, Gisel manifestó que le quitaron el espacio físico donde ella atendía con el esposo.
“Logró conseguir en la mutual 26 de marzo, y hoy la vuelven a sacar. Dijeron que la jefa de policía la va a sancionar al que es representante de esa mutual por darle espacio a la doctora”, advirtió. Además, le dijeron que “se estaba metiendo en problemas” porque “ese proyecto de querer ayudar a la policía, era de la policía de la provincia de Salta”. De la misma manera, quedó sin efecto la confirmación de que podría utilizar la escuela de suboficiales para contribuir con los efectivos.
“Hoy no entiende porque la quieren hacer a un lado, si ella no está haciendo nada malo, solo ayudando. Si el proyecto es de la policía bienvenido sea que lo hagan, ella solo pide un espacio para poder seguir atendiendo a los policías que tiene a su cargo”, disparó.
El Ministro se pregunta: ¿Qué hacer?
Gisel contó que en la discusión que tuvo con el ministro, el mismo le dijo: ¿Qué se puede hacer? “Yo le dije que tenía un sueldo de 13 mil pesos como docente porque trabajo en escuelas privadas. Con ello, pude juntar un fondo económico para llevar mercadería a policías y familias que están necesitando el aislamiento; pude comprarles medicamentos para darle una mano y acordar los gastos que ellos tienen”, indicó.
A su vez, recordó el trabajo codo a codo con la doctora para trabajar, hecho a pulmón. “No puede ser que el ministro no pueda hacer eso. Yo se lo dije. Ustedes tienen cargo político, pueden pedir ayuda y no puede ser que estén dejando morir a los policías sin hacer nada”, sentenció. Esta misma inoperancia se vio reflejada en la gestión por la desatención del IPS.
“La Dra. Céspedes, que es la representante legal que está conmigo, ella dejo un petitorio al ministro de seguridad en donde se tocaban puntos de todo con respecto a salud, el tema de la ART, del IPS, cobertura de coseguro, elementos de bioseguridad. El lunes quedo presentado con un centenar de firmas que logramos de todo el país. Había más de 2500 firmas”, aclaró. A pesar de ello, concluyó que “se levantaron las denuncias pertinentes porque no hubo respuesta por parte del IPS”.