SALTA (Redacción) – Como todos los comienzos de año, el 2021 tuvo un inicio trágico en relación a la cantidad de accidentes que hubo. Sin embargo, hay un caso que tuvo mucha más repercusión mediática que otros, ya que tiene como protagonista a una funcionaria de Juntos por el Cambio. Se trata de Carolina Píparo, legisladora de la oposición, quien, con su marido al volante, atropelló a dos jóvenes y se dieron a la fuga en la zona platense del Abasto.
La polémica comenzó después de que la funcionaria denunciara que las personas que chocó eran ladrones que le habían robado minutos antes. Sin embargo, después comenzó a circular la versión de que se trataba de una denuncia totalmente falsa y que los jóvenes volvían de la tradicional quema de muñecos de fin de año. Esto provocó un gran revuelo debido a que además de darse a la fuga, intentaron incriminar a los afectados.
El problema se agrandó aún más cuando salió a la luz un video en donde una mujer acusaba a la diputada de Juntos por el Cambio de «arrastrar» a dos chicos con el auto y darse a la fuga. «¿Quién soy? Soy alguien que te vi cuando arrastraban la moto», gritaba la autora del video mientras filmaba a Carolina Píparo cuando bajaba del auto. Y en el mismo video se escucha que alguien grita de atrás: «Atropellaron a dos pibes y los dejaron tirados».
La versión de Píparo
Según la versión de la diputada bonaerense, mientras estaban estacionados, seis delincuentes los abordaron y le pidieron sus pertenencias. En ese momento, decidieron no resistirse y entregaron todo, por lo que los ladrones se fueron sin hacerles nada. Ante ello, hicieron la denuncia correspondiente al 911 y partieron hacia la comisaría. Allí, volvieron a cruzarse con los «malhechores», pero en esta oportunidad su marido decidió perseguirlos y en ese momento se produjo el «accidente».
Pedido de investigación
Martín De Vargas, abogado de los dos jóvenes, pide a la Justicia que investigue a la funcionaria de Juntos por el Cambio y su marido. «Está demostrado por testimonios coincidentes que los chicos venían del Abasto, que es una zona rural en las afueras de La Plata, chicos que trabajan en el campo. Venían siguiendo la ruta de los muñecos que se queman todos los años», contó.
