SALTA (Redacción) – En el marco del proceso judicial por el robo de caños del gasoducto del NEA, que está siendo llevado a cabo por la Justicia Federal, quedó absuelto un empresario de la localidad de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, quien fue reconocido como el presunto financista de quienes perpetuaron uno de los mayores robos de la historia de Salta. Su nombre es José Matías Rossi y había sido imputado como encubridor en esta causa.
Cuando tuvo que dar sus declaraciones en la causa por el robo de los caños, Rossi había manifestado que en su momento compró los caños de buena fe, sin embargo nunca pudo explicar por qué dos de esos caños aparecieron en dos depósitos de Comarfil, firma empresarial perteneciente al empresario, y que fueron despojados de los recubrimientos protectores y con las enumeraciones de la serie totalmente limadas.
Asimismo, los declaraciones testimoniales por el robo de caños del gasoducto corroboraron que estas alteraciones se habían efectuado después de que fueran descargados de los camiones que los transportes desde nuestra provincia y tenía una sola finalidad: ocultar su origen y venderlos ilegalmente. Además, otra cantidad significativa de tubos fueron traslados desde este depósito al mercado negro y se los vendió a un valor cercano a los $200 mil por cada pieza.
Estos caños una vez vendidos terminaron siendo convertidos en comederos de vacas, bebederos para haciendas o fueron utilizados en obras de agua, riego, alcantarillado e ingeniería civil. En su momento, Enarsa había pagado 5.000 dólares para cada tubo de 24 pulgadas de diámetro, 12,80 metros de largo y con un peso aproximado de 2 toneladas. Se cree que cada pieza terminó valiendo el doble una vez que fueron enterradas.
Se lograron recuperar 344 caños. La cuenta comenzó el 12 de abril del 2019, con los 77 que habían sido secuestrados en la zona de Alto La Sierra por policías de Salta. Mientras que otros 30 fueron recuperados en Aguaray, 169 se recuperaron en General Mosconi y El Desemboque. El 5 de junio del 2020, en Quilmes, se secuestraron otros 52 caños, 12 en Berazategui y los últimos 4 fueron encontrados en Las Lomitas, en Formosa. Una logística delictiva que funcionó a escala federal pero que afectó a una parte de la población salteña.
