SALTA (Redacción) – Gustavo Nahuel Espinoza es el principal acusado de haber asesinado a otro hombre de 30 puntazos y se encuentra detenido actualmente en Güemes. La victima se llamaba Facundo Javier Solorza y tenía 19 años. Este terrible homicidio en Salta ocurrió el último miércoles en la zona sudeste de Salta capital. El hombre que perdió la vida estaba manejando un auto y con él iba una amiga, se especula que ella tuvo un vínculo sentimental con Espinoza.
Lo más terrorífico de este terrible homicidio en Salta fue que el cuerpo de la victima apareció en la calle Deán Funes al 1300. Este lugar está muy lejos de donde comenzó esta trifulca que terminó con la vida de Solorza. El Cuerpo de Investigaciones Fiscales está intentando reconstruir el hecho y para esto han desplegado un gran trabajo investigativo, entre ellos, recepción de testimonios y análisis de las de las cámaras de seguridad.
¿Qué dijo el abogado defensor de Espinosa?
Santiago Pedroza tiene en sus manos la defensa de Gustavo Nahuel Espinosa dio una conferencia y allí compartió detalles del proceso judicial que comenzó este martes a la mañana. «Entiendo que este es un hecho teñido por la «pasión’ (sic), por haber descubierto aparentemente un engaño de su pareja. Esto llevó a esta situación», comenzó diciendo el abogado y anticipó que su defendido no iba a hablar en esta instancia.
Hizo referencia a un posible enfrentamiento entre las partes. «El los ve, viene un reclamo, un tira y afloje, se tiran la bronca, se invitan a pelear y se desencadena este desastre. Terminan enfrentandose aparentemente ambos y esa pelea termina con la vida de uno de ellos» y también sentó una hipótesis «por los datos que hemos podido obtener de nuestro defendido, no parece extraño pensar en un exceso de legitima defensa por la posibilidad de la existencia de otra arma en el lugar», explicó.
Por último, habló de «emoción violenta» para referirse al comportamiento de su defendido. «Fíjense que se utiliza un destornillador que impacta todas las veces en el mismo lugar. Eso es signo de pasión, de furia, de un contenido absolutamente sentimental. Hay una mujer de por medio, hay cuestiones de exacerbación de los sentidos». En este sentido, contó que «cuando le pregunté a mi cliente si lo había apuñalado me contestó que no se acordaba, que no tenía la más mínima idea y que si lo había hecho no sabía si le había dado una o 100 puñaladas. Está claro que eso lo hace una persona fuera de sí».
Y, por último, «lo llamativo y doloroso es que eran dos chicos impecables ambos, dos jóvenes estudiosos. Mi cliente estaba haciendo una carrera universitaria. El otro chico estaba entrando a la universidad. No tenían antecedentes penales y tenían un gran futuro por delante que se ve truncado por la muerte de uno y por la acusación tan grave que recae en el otro», concluyó Pedroza.
