SALTA (Semanario El Intransigente) – La vida le dio una segunda oportunidad. Cuando parecía que Aroldo Tonini por fin se iba a retirar definitivamente del escenario político local, tras sufrir una paliza en las PASO del 2015 (con gorra amarilla incluida), diciembre del 2019 lo encontró asumiendo como Secretario de Servicios Públicos y Ambiente de la Municipalidad, convocado por la intendenta Bettina Romero.
Tonini, dicen desde el entorno, se ganó un lugar a fuerza de la confianza cosechada con el romerismo durante la década de los 90 y parte de los 2000, cuando ostentó varios cargos, algunos electivos y otros ejecutivos.
Más allá de sus posturas conservadoras y radicales contra los derechos del colectivo LGBTQ, Tonini se hizo conocido por su destrato a los trabajadores municipales, el abuso de autoridad cuando fue concejal (varias veces lo escracharon estacionando su camioneta en lugares prohibidos) y la poca predisposición a contestar de manera correcta los requerimientos de la prensa. Esto último es lo que lamentablemente le tocó vivir al equipo de El Intransigente recientemente.
Resulta que, a propósito de un informe publicado en nuestra edición anterior, acerca de la existencia de microbasurales en varias esquinas del barrio Castañares, desde este medio tuvimos que contactarnos con Tonini. La intención era preguntarle si desde el área a su cargo estaban al tanto y tenían previsto tomar algún tipo de medida, junto a Agrotécnica Fueguina, para solucionar una problemática que lleva décadas afectando la calidad de vida y la salud de cientos de familias. Sin embargo, su respuesta dejó mucho que desear. Inlcuso, llegó a decir que la existencia de dichos microbasurales “es culpa de los vecinos”.
En lenguaje altanero, y al ser consultado sobre el problema que denuncian en Castañares, el reciclado funcionario dijo puntualmente: “hacémelo por escrito y nos sentamos a trabajar”.
En el mismo tono, desconociendo que se trata de una queja histórica, insistió en pedir “por escrito el reclamo”, y sugirió con ironía hasta cómo debería ser redactada la nota: “poneme en el reclamo: ‘queremos cambiar el mecanismo’, o ‘queremos que se diseñe un mecanismo eficiente’ para que en las calles se pongan contendores y otras formas de limpieza de microbasurales”.
No contento con la ironía, Tonini fue más allá y hasta se desligó del problema, derivándolo en sus subordinados y la empresa recolectora de residuos: “prefiero que se sienten a conversar con el subsecretario y con la gente de Agrotécnica, para que vea como hace para resolver ese problema”.
Afortunadamente y a pesar de Tonini, la nota publicada por El Intransigente difundiendo el reclamo de los vecinos de zona norte llegó a otros funcionarios municipales más competentes, quienes se mostraron mejor predispuestos y se comprometieron a arbitrar los medios necesarios para terminar con los microbasurales en la barriada de castañares. Ojalá la solución llegue pronto: hace 40 años que los vecinos conviven con estos focos contaminantes e infecciosos en las esquinas de sus casas. Bettina Romero prometió en campaña ser una intendenta con el despacho en los barrios, ojalá sus funcionarios tomaran el ejemplo.
