SALTA (Redacción) – En la apertura de Sesiones Ordinarias de la Legislatura Provincial, el gobernador Gustavo Sáenz presentó el proyecto de necesidad de modificación de la Constitución de la Provincia de Salta. La tarea quedó ahora en manos de los diputados y senadores, quienes deberán aprobar la iniciativa.
Fue un discurso inédito, no por el fondo sino por la forma: el gobernador Sáenz tuvo que hablar ante una Asamblea Legislativa virtual, en atención a las recomendaciones sanitarias. Los legisladores y los salteños en general siguieron el discurso de forma online.
Tras describir un detallado y complejo estado de situación de la provincia, deteriorado por las crisis económicas, sociales y sanitarias, Sáenz relató los esfuerzos que se están haciendo desde el Gobierno para atender cada frente de conflicto. No obstante, el mandatario reservó una parte de su discurso para apuntar los ejes que guiarán su gestión más allá de las emergencias inmediatas. Y uno de esos ejes será sin dudas la reforma de la Constitución Provincial.
En caso de que el proyecto de Sáenz sea aprobado por la Cámara de Diputados y la de Senadores, el proceso continuará con una convocatoria a elecciones constituyentes para que la ciudadanía participe, a través del voto directo, y elija a los eventuales responsables de modificar la carta magna provincial.
Consenso y oportunidad
La presentación oficial del proyecto de reforma hace suponer que el gobernador habría conseguido los consensos suficientes como para que el anuncio tenga luego un derrotero positivo. Sería un golpe duro para Sáenz que el proyecto quede trunco a poco de empezar a andar.
En los meses que lleva al frente de la gestión, siempre mantuvo la iniciativa política y convocó a los sectores que en otros tiempos supo enfrentar, incluso algunos vinculados al propio kirchnerismo.
Además, Sáenz ponderó el consenso e insistió en que el proyecto de reforma no se trata de una iniciativa personal, sino colectica, ya que el texto sugerido “recopila los numerosos proyectos presentados en los últimos años”. También, el gobernador dejó en claro que se tuvieron en cuenta “las diferentes manifestaciones y posiciones de dirigentes sectores políticos, organizaciones civiles, colegios profesionales y las universidades”.
Se podría decir que, con la anuencia de una oposición desintegrada, el liderazgo del gobernador sumó volumen político durante el tiempo que lleva en la gestión. Cargarse al hombro de manera personal cada uno de los conflictos que atraviesa la provincia, desde las paritarias docentes hasta las muertes por desnutrición en el norte y ahora también la pandemia de Covid 19, dotó a Gustavo Sáenz de legitimidad social y autoridad política.
Así las cosas, todo indica que el consenso polítco está garantizado para reformar la Constitución. Sin embargo, hay otra arista que debe contemplarse cada vez que se propone un cambio. Vale preguntarse entonces sobre el criterio de oportunidad: ¿es oportuna la Reforma política?
Por más válida y legítima que sea la necesidad de reformar la Constitución Provincial, ¿encontrará un momento su debate en la dinámica y agitada agenda pública que está marcando el ritmo de los tiempos de la provincia, el país y el mundo?
