SALTA (José De Álzaga) – Amigo Lector: transcurro las horas del aislamiento visitando a viejos amigos en este tejido particular que es mi biblioteca. Detenido forzadamente en este piso de Alvear y Parera, sin poder disfrutar de ninguno de los eventos internacionales que ya me tenían por acreditado a causa de algún chino de ojos punto arroz que en lugar de ver la saga de Batman prefiere comerse a sus ancestros en sopa. Y ahora resulta que el mundo está detenido porque estos hijos putativos de Mao Tse Tung tienen la costumbre de alimentarse con perros, sabandijas y pangolines. ¡Cuidado Morales!
Estos chinos lo han abaratado todo, hasta los modos clásicos de la muerte. Pienso en el Armario de la aristocrática Lucrecia Borgia, donde la hija del Papa Alejandro VI atesoraba sus venenos: cuatro o cinco gotas de alguno de esos menjunjes y el infeliz dejaba de estorbar en este mundo. ¡Ved ahora como estos miserables amarillos están despoblando el mundo con un vil plato de sopa de quiróptero!
Y hablando de miserables, veo -en mi retiro- en los diarios publicado el rostro rústico, tosco e impolítico de ese avillanado que funge como gobernador del estado norteño de Jujuy, Gerardo Morales, quien revalida su bien conseguido título de patán pretendiendo ahora ordenar que los afectados de coronavirus sean emparedados en vida en sus casas y éstas marcadas con una faja en cruz.
Con no ser poca villanía ya el abusar del poder para decidir la muerte civil de un ciudadano, todavía este energúmeno deja al arbitrio de los vecinos el cuidado de los infecciosos, lo cual constituye un acto de privación ilegítima de la libertad. Actos estos con los cuales queda ratificada la índole precaria de ese cerebro que únicamente enhebra ideas reñidas con la democracia y con la evolución de la posmodernidad. ¡Vos, Morales, hacéis fracasar la teoría evolutiva de Darwin porque un mico gobernaría con más criterio!
Pero es ese pueblo el que ha nominado a este sátrapa medieval para los domine, porque este sujeto no gobierna sino que subyuga, tiraniza y violenta los derechos y las garantías constitucionales de los jujeños.
