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POLÍTICA

El Intendente de Rosario de la Frontera sin salida: incumplimiento, fraude y cohecho

Gustavo Solís Mónico fue imputado por la Unidad Fiscal de Investigación en el marco de una compleja causa.

SALTA (Redacción) – Tras conocerse la imputación al ex intendente de El Quebrachal, la oleada de  denuncias que involucran a funcionarios y políticos cada vez cobran mayor fuerza y ganan estado judicial. Para indignación de la comunidad, se conoció otro caso que ya venía dando qué hablar con cruces y entre dichos. Se trata de la imputación al Intendente de Rosario de la Frontera, Gustavo Solís, por fraude, incumplimiento y cohecho.

En este contexto, se conoció que ña Unidad Fiscal de Investigación conformada por los fiscales penales Verónica Simesen de Bielke y Pablo Rivero, imputó provisionalmente a Gustavo Solís Mónico. Al mismo se le adjudican los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público (tres hechos), fraude a la administración pública y cohecho, todo en concurso real.

Por su parte, el jefe comunal asistió este lunes a la audiencia de imputación asistido por su defensa y prestó declaración. Además, anunció que realizará una ampliación por escrito. Paralelamente, la intervención de la Unidad Fiscal de Investigación, se produjo tras la publicación de una noticia criminis el 26 de febrero de este año. En aquel momento surgió la falsificación de facturas en el mencionado municipio.

A partir de allí y mediante un pedido de informe a la Auditoria General de la Provincia, se informó que el área de control realizaba en ese momento una auditoria financiera y de legalidad en el Departamento Ejecutivo Municipal de Rosario de la Frontera, por el periodo 2017. De hecho, posteriormente, surgieron irregularidades sobre este plazo.

Incumplimiento de deberes: facturas duplicadas y lavado de dinero

En relación al delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público, se tiene acreditado que el imputado, desplegó conductas contrarias a las leyes y ordenanzas, al llevar a cabo la contratación con Mirta Verónica Corimayo.  Lo mismo fue decidido en clara violación a las normativas que prohíben la contratación por parte del Estado de personas físicas o jurídicas afectadas.

Además, se prohíbe que sea por medidas judiciales cautelares que afecten su solvencia o capacidad de contratación. De hecho, surgió que Corimayo presentaba sendas medidas cautelares sobre las cuales se informó al acusado, según consta en expedientes judiciales. La conducta desplegada en relación a la contratación con Corimayo, encuadra dentro del incumplimiento a las normas de prevención de lavado de dinero emitidas por el Banco Central de la República Argentina.

Asimismo, se tiene acreditado que el imputado aceptó facturas duplicadas. En este sentido, incumplió las disposiciones de la Administración Federal de Ingresos Públicos, relacionada con la emisión obligatoria de facturas electrónicas.

Fraude a la administración pública y el patrimonio municipal

En relación al fraude a la administración pública, se tiene que Solís Mónico emitió en 2017, una resolución. La misma dio por rescindido en forma unilateral el contrato con Corimayo. Todo esto resultó sin arbitrar medida alguna tendiente al resarcimiento por la desvinculación unilateral, pese a que la contratista percibió fondos en concepto de anticipos. Precisamente, esto causó un claro perjuicio al patrimonio municipal.

Al acusado también se le atribuyó un segundo hecho por el delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público. Se trata de 12 contrataciones directas de obra pública con una fundación, sin que se verificaran los requisitos establecidos por la normativa de marras.

Delito de cohecho: las cifras bajo la manga

Por otra parte, el jefe comunal incurrió en el delito de cohecho. Esto surge tras una denuncia y de la transcripción del audio agregado en legajo. Allí se observó una promesa directa por parte del jefe comunal al presidente de la mencionada fundación. La misma incluye a una suma de dinero a cobrar por cada metro cuadrado que se ejecutara, a razón de un precio de $163 por metro cuadrado.

En este caso, si el contratista facturaba todo, debía entregar la suma de $93 por metro cuadrado a Solís y solo le quedarían $20 como condición para suscribir las contrataciones, lo que permite verificar el dolo del imputado. Por último, Solís Mónico también incurrió nuevamente en el delito de incumplimiento de deberes de funcionario público.

El delito fue motivado  al efectuar contratos de obra pública con otra persona que no estaba inscripta en el Registro de Contratistas de la Provincia. Todo ello, fue por la suma de $10.819.777,50. En este sentido, el jefe comunal celebró contratos con una persona física que, del 23 de mayo de 2017 al 10 de mayo de 2018, presentó 99 cheques. Los mismos fueron rechazados por un monto de $22.608.759.03, según el informe del Banco Central de la República Argentina.

Además, estos cheques fueron emitidos sin verificar la situación financiera del contratado. Por ello, se incurrió en el incumplimiento a las normas de prevención de lavado de dinero emitidas por el Banco Central de la República Argentina. Vale decir que las mismas, fueron dictadas con el fin de determinar el circuito financiero del dinero público, no debiéndose emitir cheques por sumas inferiores, cuando el monto de los anticipos así lo permiten.

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